El Sindicato de Industriales de Panamá (SIP) alertó de los efectos de la huelga que se registra en el sector bananero, especialmente en las fincas de Chiquita Panamá en la provincia de Bocas del Toro. Este lunes 12 de mayo, la empresa anunció el cierre definitivo de una finca completa, además de la suspensión de actividades en otras áreas de cultivo.
En un comunicado, el SIP destaca que esta decisión representa la pérdida directa de empleos en una provincia que depende en gran medida de esta actividad económica. Advirtió que el impacto también se extiende a múltiples fuentes de trabajo indirectas y a sectores vinculados a la producción y comercialización del banano.
Al mismo tiempo, el gremio empresarial resalta que en el plano internacional la situación afecta la capacidad del país para competir en los mercados globales. La reducción en las exportaciones y la dificultad para recuperar los espacios perdidos representan un serio desafío para la industria bananera panameña, recordó.
Frente a este escenario, el SIP hizo un llamado a los trabajadores para que retomen sus labores cuanto antes, advirtiendo que más fincas podrían alcanzar un estado irreversible si continúa la paralización. El sindicato señaló que la prolongación del conflicto pone en riesgo empleos adicionales.
El gremio destacó las acciones que Chiquita Panamá ha tomado para enfrentar la crisis y reiteró su compromiso con la protección de los sectores productivos y de los puestos de trabajo.

El pasado 9 de mayo, Chiquita formalizó el cierre temporal de sus oficinas en la ciudad de Changuinola, en la provincia de Bocas del Toro, también como consecuencia de los bloqueos viales y protestas que ya suman 15 días.
De hecho, el 8 de mayo ya se contabilizaban 900 mil cajas de banano sin exportar y pérdidas que superaban los 10 millones de dólares.
El gremio de trabajadores bananeros se sumó las protestas contra la nueva ley de la Caja de Seguro Social.