Casi todos vamos a pedir un préstamo en nuestra vida, pero ¿Qué tenemos que saber antes de pedirlo?
Primero, el préstamo es cuando te dan dinero ahora y te comprometes a pagarlo después con un extra por habértelo prestado. Ese “extra” se llama interés: lo que te cobra el banco por prestártelo.
Lo puedes ir pagando mensualmente o quincenalmente. A veces te piden una garantía, o sea, algo que le das al banco por si no pagas. En general un préstamo te permite disfrutar de un bien hoy, y poder pagarlo poco a poco a un costo. Ahora, hay varios tipos de préstamo:
Préstamo personal: no necesitas garantía física. El banco ve cuánto ganas, cuánto debes y si tienes buen historial.
Préstamo prendario: dejas algo en garantía, como una cuenta de ahorros o un plazo fijo. Si no pagas, el banco se lo puede quedar.
Están los préstamos de carro y los préstamos hipotecarios, que son los que se usan para comprar una casa.
También están los CasaCash: usas tu casa como garantía. Si no pagas, podrían quedársela. Solo aplica si ya tienes casa propia o una hipoteca en el mismo banco. Con este puedes pedir más y pagar en más tiempo.
Para aprobártelo, miran tu capacidad de pago, que es cuánto puedes pagar al mes sin quedarte sin plata para tus gastos básicos, y la capacidad de endeudamiento que es el límite de deuda que puedes tener según lo que ganas y lo que ya debes.
El tiempo que te dan para devolver toda la plata se llama plazo del préstamo. Puede ser en meses o en años. Ten en cuenta que mientras más largo el plazo, más intereses vas a pagar.
Ten muy en cuenta tus fechas de pago. Si no pagas a tiempo, afecta tu historial crediticio y terminas pagando más.
Algunos préstamos traen un seguro asociado para cubrir la deuda si te pasa algo, pero es otro gasto más para que lo consideres.
Asegúrate de leer el contrato completo. En especial fíjate en las obligaciones, penalidades y cualquier cobro raro que no entiendas.
Si tu préstamo es mayor de 5 mil dólares, te cobrarán el FECI, el Fondo Especial de Compensación de Intereses, que representa un extra del 1% de la deuda, que tienes que pagar al estado cada año mientras sigas debiendo plata del préstamo.
Esto es lo básico, pero juega vivo. No te lances a pedir un préstamo solo porque lo aprueban de una vez. Todos hemos sentido la tentación de pedir plata rápido, pero un préstamo mal pensado puede perseguirte por años.
Infórmate, pregunta, compara y solo firma cuando estés seguro o segura. Un abrazo y nos vemos en la siguiente.
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