Estamos a 27 meses de las elecciones generales de mayo de 2024. Lo único cierto es que todo es incierto. Si usted se hubiese preguntado en febrero de 2017 ¿Quién iba a ser presidente electo en mayo de 2019?, la respuesta no iba a ser Laurentino Cortizo. En febrero de 2012, la respuesta no era Juan Carlos Varela, y así sucesivamente. Falta que demasiada agua pase bajo el puente, para que la situación se defina. Entendamos las tres principales razones:
Otra posibilidad dentro de este factor es el agravamiento de la situación económica del país. Aunque los signos de la recuperación son evidentes, también hay muchos vientos en contra. En un escenario así, las redes solidarias y la endeble capacidad de asistencia social del Estado, se pueden ver rebasadas. Por razones fiscales, no es posible darle un bono de 120 dólares a un millón de hogares todos los meses, mientras se paga la planilla del Estado, se cumple con la deuda pública y se impulsan proyectos de infraestructura.
Los resultados de las encuestas actuales, cuando las mismas son íntegras, son una imagen microscópica del país. Si hoy gana la Sele a México, el sentimiento de felicidad colectivo influiría en la percepción política y la perspectiva sobre el futuro del país. En el 2008, según algunas encuestas, Balbina Herrera subió en su popularidad después de que Saladino ganó la medalla de oro olímpica. En el 2004, Guillermo Endara sorprendió a todos con un robusto segundo lugar, gracias a su mensaje de anti continuismo y anti PRD. En el 2009 esos votos, junto a la intervención de la embajada de Estados Unidos, decidieron al ganador. Ahora más que nunca, lo que nos queda a los ciudadanos es trabajar por un mejor país, por una mejor justicia y por que nuestros compatriotas no vendan sus votos por bolsas de comida o sacos de cemento.