El reloj Santos de Cartier es más que una pieza de Alta Relojería: es un manifiesto de modernidad. Concebido en 1904 para el aviador Alberto Santos Dumont —un pionero que desafió los cielos— fue el primer reloj diseñado para ser llevado en la muñeca. Más de un siglo después, Cartier renueva ese espíritu innovador con una versión de dimensiones reducidas que conserva intacta su esencia audaz y precisa.

El nuevo modelo pequeño del Santos de Cartier ofrece una reinterpretación del icónico diseño con una propuesta refinada, sin perder su carácter técnico. Con unas dimensiones de 27 mm x 34,5 mm, este reloj establece un equilibrio sutil entre historia, diseño y proporción. Es una pieza pensada para quienes aprecian la elegancia sobria y funcional, pero también para quienes entienden que el estilo auténtico es, ante todo, una declaración silenciosa.

Disponible en versiones de acero, oro y acero, o oro amarillo sólido, el reloj mantiene los códigos estéticos que lo convirtieron en leyenda. La caja cuadrada con tornillos visibles —una osadía en su época— sigue siendo un signo distintivo que combina la pureza de las líneas con la belleza del detalle. Esta combinación, que desafía la tradición relojera clásica, refleja el espíritu industrial de comienzos del siglo XX pero con la sofisticación del presente.

En esta nueva edición, la esfera con efecto rayos de sol aporta profundidad visual, mientras que el movimiento de cuarzo de gran autonomía responde a los requerimientos contemporáneos de precisión y fiabilidad. La armonía entre técnica y diseño es absoluta. Como siempre en Cartier, nada es casual: todo está concebido para servir al conjunto con discreción y maestría.

Una de las grandes virtudes del modelo es su brazalete intercambiable, que permite cambiar de estilo según la ocasión. El sistema ofrece dos opciones: brazalete de metal o correa de piel. En las versiones de materiales no preciosos, la correa está confeccionada en piel de becerro lisa, mientras que el modelo en oro sólido incorpora una correa de aligátor. En ambos casos, una hebilla refinada asegura la continuidad del diseño y equilibra visualmente la delgadez de la caja.

Este nuevo Santos pequeño no es solo una pieza de relojería: es un homenaje a la libertad, a la funcionalidad convertida en arte. Representa el poder de una idea que se adapta, que evoluciona sin perder su identidad. Tal como Santos Dumont conquistó los cielos con ingenio y elegancia, Cartier continúa conquistando el tiempo con estilo y precisión.

El Santos de Cartier es, en su forma más pura, la celebración del movimiento. Y hoy, en versión pequeña, sigue marcando el paso del diseño con la misma determinación con la que alguna vez despegó por primera vez.
Les invitamos a visitar la boutique Cartier, ubicada en el mall Multiplaza, Luxury Avenue.
