Andrés Andrade está viviendo el año más especial de su vida. No solo ha regresado a la selección de Panamá luego de una larga y dolorosa ausencia por lesión, sino que también ha asumido el rol más importante fuera del fútbol: ser padre.
El defensor de 26 años volvió a vestir la camiseta de la selección nacional el pasado 10 de junio en el triunfo 3-0 sobre Nicaragua en el estadio Rommel Fernández, poniendo fin a 375 días sin jugar con el equipo nacional. Su última aparición había sido en mayo de 2024, cuando sufrió una rotura de ligamento cruzado en el amistoso ante la selección de Galicia en Vigo, España.

Lo que siguió fue una recuperación que requirió paciencia, disciplina y fortaleza emocional. Pero justo cuando cerraba esa etapa difícil, la vida le regaló un motivo más para seguir adelante. El martes 25 de marzo, Andrade anunció la llegada de su hija, Élodie Sofía. Y solo tres días después, el defensor regresó oficialmente a las canchas disputando su primer partido de la temporada con el LASK Linz, su club en Austria.


“Me siento muy feliz, contento. Ha pasado mucho tiempo desde que pude jugar mi último partido. Es muy lindo regresar de esta manera, con esta victoria en casa, con nuestros familiares. Y nada, contento”, expresó tras su regreso con la selección.
En entrevista con La Prensa, Andrade habló de cómo la paternidad y el fútbol se han entrelazado en un momento crucial de su vida.
“Es muy difícil al comienzo, ¿no? Pero contento, feliz, disfrutándolo. Pude compartir con ella gracias a los días que me dio Thomas [Christiansen], que se lo agradezco mucho. Eso me vino bien mentalmente”, confesó.
La llegada de Élodie Sofía coincidió con su retorno al fútbol competitivo. El momento no pudo ser más simbólico: nueva vida en casa, nueva vida en las canchas. Andrade reconoce que ya no juega solo por él, sino también por su familia. “Ahora hay que ser un poco más serio en muchos aspectos y tratar de darle lo mejor. Eso es lo que siempre trato de hacer día a día”, sostuvo.

Adaptarse al nuevo rol de padre ha sido todo un aprendizaje. “Poco complicado, tengo que adaptarme. Nadie nace sabiendo ser padre, pero es una experiencia muy bonita que sin duda me encanta compartir junto a mis padres”, añadió, en alusión también al legado familiar.
Ya en junio, con más estabilidad tras su regreso al fútbol austríaco, Andrade celebró su matrimonio con su pareja Liz de León, sellando un capítulo personal que venía construyendo en silencio durante la rehabilitación. Poco después del enlace, se integró a la convocatoria de la selección panameña con miras a las eliminatorias mundialistas y a la Copa Oro 2025.
El defensor chorrerano forma parte del grupo que se encuentra en Los Ángeles, donde Panamá debutará este lunes ante Guadalupe. Aunque no podrá pasar físicamente su primer Día del Padre junto a su hija, Andrade celebra a la distancia con orgullo y emoción.
“Que disfruten a sus hijos, que compartan el mayor tiempo y sean felices junto a ellos”, fue su mensaje para los padres panameños que celebran este domingo 15 de junio.
Con la Copa Oro a la vuelta de la esquina, Andrade quiere seguir consolidando su regreso.
“Ahora tenemos que pensar en la Copa Oro. Tenemos esa espinita de la última final y trataremos de ir allá a darlo todo”, indicó, recordando la dolorosa derrota ante México en la final del torneo anterior.
Andrade cree firmemente en el grupo y sus posibilidades. “Este equipo está compacto, está unido, siempre pensando en cosas grandes y seguiremos trabajando para poder conseguirlo”, afirmó.