Roger Federer, uno de los deportistas más exitosos, reconocidos y emblemáticos a nivel mundial del siglo XXI, fue nombrado esta semana al Salón de la Fama del Tenis. El extenista suizo, que recibió la noticia este miércoles, participará en la ceremonia de inducción que se celebrará en Newport, Rhode Island, donde reside el Salón de la Fama, en agosto de 2026.
A lo largo de su carrera, Federer ganó un total de 103 títulos, 20 de ellos en torneos de Grand Slam, y fue número uno del mundo durante 310 semanas. 237 de esas semanas las pasó en la cima del tenis mundial de manera consecutiva, lo cual es un récord en el deporte.

El impacto del tenista suizo, sin embargo, trasciende los triunfos y las derrotas, los trofeos y los récords. Para entender lo que significó Roger Federer para el tenis y el deporte en general, hay que evaluar sus distintas facetas a lo largo de su carrera.
La joven promesa
Desde que irrumpió en el tenis profesional, debutando en el torneo de Gstaad en julio de 1998, Federer mostró destellos de lo que eventualmente lo convertiría en una leyenda del deporte. Cuando ganó su primer título en Milán 2001, parecía el inicio de un período de dominio, pero su temperamento le jugaba en contra a inicios de su carrera y perjudicaba su nivel de juego por momentos.

Su primer gran paso en el tenis llegó en Wimbledon 2001, cuando sorprendió a Pete Sampras en octavos de final. El estadounidense venía de ganar los cuatro Wimbledon anteriores de forma consecutiva. Años después, Federer tendría su propia seguidilla de cinco Wimbledon consecutivos.
El Federer extraterrestre
Federer ganó su primer título de Grand Slam a los 21 años, cuando levantó el trofeo de Wimbledon 2003. Meses después, el 1° de febrero de 2004, capturó su primer trofeo en Australia y, al día siguiente, amaneció como número 1 del ranking mundial.
Ese fue un puesto que ocupó sin interrupción hasta el 18 de agosto de 2008, por un total de 237 semanas.

Entre 2004 y 2007, el suizo capturó 11 de los 16 torneos grandes celebrados. En esos cuatro años ganó 42 títulos y tuvo un récord de 315 victorias y 24 derrotas. Fue uno de los períodos más dominantes en la historia del deporte.
El Federer humano
A partir de la temporada 2008, Federer inició un leve declive, condicionado principalmente por el avenir de quienes serían sus dos máximos rivales a lo largo de su carrera: Novak Djokovic, campeón en Australia 2008, y Rafael Nadal, su eterno verdugo en las pistas de polvo de ladrillo de Roland Garros. Ese año, Nadal también pegó el estacazo, derrotándolo en una final épica en el césped de Wimbledon.

Esa final fue un punto de inflexión en la carrera de Federer y en su percepción ante el público mundial. Durante gran parte de su dominio, el suizo era visto como alguien fuera de este mundo. Esa derrota recordó al mundo que, al fin y al cabo, era un ser humano de carne y hueso.
El Federer épico
Tras un 2008 para el olvido (para sus estándares, ya que lo cerró con oro olímpico en dobles y ganando por quinta vez consecutiva el US Open), 2009 fue un año de proporciones épicas. El 7 de junio, logró ganar su anhelado Roland Garros, que le permitió ganar el último torneo grande que le faltaba, igualando el récord de 14 Grand Slams de Pete Sampras.

Semanas después, rompió ese récord en Wimbledon, recuperando la corona perdida el año anterior. Ese sería el giro que tomaría la tercera etapa de su carrera.

Ya no era siempre el favorito: ese rol lo tenían Nadal y Djokovic. Por eso, sus triunfos en la tercera parte serían epopeyas.
Esto se refleja en 2017 y 2018. Tras seis meses fuera de las canchas por una lesión de rodilla, Federer sorprendió a todos ganando su 18° Grand Slam en Australia ante Nadal.

Cinco meses después, ratificó su gran momento ganando su octavo Wimbledon. Y su último grande llegó en Australia 2018, cerrando un ciclo histórico en el que nunca dejó de ser protagonista.
El Roger de la gente
Una de las facetas más subestimadas de Federer es la magnitud de su popularidad mundial. En toda cancha que pisaba, jugaba de local. Su tenis era bonito, elegante y cautivante.

La ATP tiene un premio en el que los fanáticos votan por su jugador favorito: el suizo lo ganó 19 años consecutivos (2003-2021). Un registro impresionante.
Federer el embajador
Con el pasar de los años, Federer fue trascendiendo el tenis. Se convirtió en un embajador del deporte. A través de eventos benéficos como “Match for Africa”, movilizó multitudes. En 2020, su duelo con Nadal en Cape Town tuvo 51,954 espectadores, récord histórico.
Y su mayor legado estructural es la Laver Cup, competencia que enfrenta a Europa vs. el Resto del Mundo y que ya es un evento icónico del calendario.

La inducción de Federer al Salón de la Fama no será solo una celebración de sus victorias. Será el reconocimiento de un impacto global sin precedentes. Federer no solo fue un campeón: cambió el deporte para siempre.



