Desde 1999 hasta 2023, se han invertido al menos $10,343 millones en el sistema eléctrico nacional, de acuerdo con cifras de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP).
Según representantes del sector, aunque se necesita hacer algunas adecuaciones, este marco regulatorio ha permitido el desarrollo de un parque de generación más diverso, confiable y orientado a la transición energética.
En este monto total de inversión, según los datos facilitados por la ASEP a La Prensa, se desglosan unos $6 mil 678 millones en generación, $2 635 millones en distribución y más de mil millones de dólares en transmisión.

El proyecto más reciente de inversiones en generación es la planta de gas natural licuado (LNG) de Gatún, ubicada en la provincia de Colón, afirmó el secretario nacional de Energía, Juan Manuel Urriola, en una entrevista con Radio Panamá. Este planta térmica tiene una capacidad instalada de 670 megavatios y representa una inversión que supera los $1,000 millones. “Se trata de la infraestructura energética más grande de su tipo en el país y en la región”, afirmó Urriola.
Este proyecto fue desarrollado por la sociedad Generadora de Gatún, en la que participan las empresas InterEnergy Group y AES Panamá. La empresa original era NG Power, que nunca construyó la obra y tras una negociación con los representantes de Generadora Gatún, en junio de 2021, se anunció que esta última se quedaba con el contrato de venta de energía (PPA, por sus siglas en inglés). Pese a los constantes cuestionamientos que se hicieron al proyecto de NG Power, por no haberlo construido, pese a que obtuvo la licencia desde 2012, nunca se supo el detalle de la negociación o cuánto se pagó por ceder el contrato.
Urriola destacó que “la planta de Gatún, junto con otra existente de 400 megavatios, representa el soporte firme de una matriz energética que ya es en gran parte renovable. El LNG es el combustible de transición energética”.

Actualmente, Panamá cuenta con una matriz energética compuesta por al menos el 60% de fuentes renovables —hidroeléctrica, eólica y solar— y una base térmica de respaldo. “Desde el punto de vista del suministro de energía, el país está en una posición muy buena. La matriz es altamente confiable”, subrayó el funcionario.
El secretario de Energía también destacó que el país no solo ha asegurado la oferta energética, sino que ahora se enfoca en reducir tarifas, fortalecer la eficiencia energética y cerrar las brechas de acceso. “Ya solucionamos el problema de la seguridad del suministro. Ahora estamos trabajando en bajar los costos, ampliar el acceso y optimizar el consumo”, expresó.
Entre los retos inmediatos dijo que se requiere mejorar la cobertura eléctrica rural, que se mantiene alrededor del 94%, así como avanzar en la interconexión eléctrica con Colombia y Centroamérica.

Durante su intervención en el foro de energía, Urriola detalló que las pruebas de la planta de Gatún se realizarán en un periodo escalonado: tres días continuos de operación, seguidos por 13 días de ajustes, con el objetivo de alcanzar gradualmente el máximo de generación.
Según el funcionario, este ciclo combinado permitirá bajar el precio del mercado ocasional de la energía, incluso por debajo del costo de algunos contratos actuales. Urriola destacó también que el Estado panameño posee el 27% de las acciones de ese proyecto.

Con la puesta en marcha del total de la capacidad de generación de esa planta de Gatún, Panamá puede suministrar el excedente de energía a otros mercados como Centroamérica, agregó Urriola.
En este contexto de transformación energética, el sector empresarial también ha comenzado a tomar acción. Roberto Tribaldos, gerente general del Grupo Melo y quien también participó en el foro de energía dijo que la tendencia es el uso de energía renovables.
“El 60% de la energía que consume el Grupo Melo será renovable en 2025, y la meta es llegar al 70% en 2026″, dijo Tribaldos.
Sin embargo, Tribaldos alertó sobre tres desafíos clave: la calidad del suministro eléctrico, la necesidad de reglas claras para el inversionista privado y el alto costo de la energía en el país. “Panamá tiene muchas ventajas competitivas, pero el costo de la energía no es una de ellas”, remarcó.