A excepción de Panamá y Colón, en el resto del país, el valor de las construcciones y reparaciones cerró el primer trimestre en números rojos, con un total de 220.8 millones de dólares, una diferencia negativa interanual de 0.4% frente a 2024.
La caída se acentuará una vez se conozcan los datos de abril y mayo, debido a la huelga impulsada por el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (Suntracs), que por más de 30 días mantuvo en pausa importantes proyectos como la construcción del cuarto puente y la Línea 3 del Metro de Panamá.
Aunque los indicadores apuntaban a una recuperación del sector, otras industrias vinculadas a la construcción siguen por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia.
Luis Miguel Martín, presidente de la Asociación Panameña de Productores de Concreto (Apacreto), insumo esencial en la construcción, comentó que esta industria todavía no ha llegado a los niveles de crecimiento que se registraban antes de 2020.

Datos de la Contraloría de la República indican que la producción de concreto cerró el primer trimestre con una caída del 16.3% en comparación con igual periodo del año pasado, con un total de 225.5 mil metros cúbicos, mientras que la producción de cemento gris cayó 4.6% durante los tres primeros meses del año, cuando la producción alcanzó las 319.4 mil toneladas métricas.
Martín dijo a La Prensa que la situación actual del país genera incertidumbre, lo que podría postergar potenciales inversiones en el sector. “El país requiere de un entorno estable que genere la confianza necesaria para promover la inversión local y estimular la llegada de inversión extranjera. Particularmente en el sector construcción, es clave lograr que la Ley de Interés Preferencial reactive la inversión en vivienda social”, comentó.
Por su parte, Carlos Morales, gerente de Negocios de Argos, uno de los principales productores de concreto y cemento del país, dijo que el panorama actual presenta un desafío para el sector, ya que se registra una desaceleración en el inicio de nuevas obras estatales y privadas.

Al igual que Martín, Morales indica que el sector donde participa Argos se mantiene por debajo de los niveles prepandémicos y estima que, en el corto plazo, la situación se mantendrá igual.
“No, la actividad no ha recuperado sus niveles previos a pandemia y, de hecho, según nuestros análisis, 2025 proyecta ser el año con menor dinamismo después de la crisis sanitaria”, acotó el ejecutivo de Argos, quien señaló que el panorama se complica aún más debido a la situación sociopolítica actual.
Por su parte, Carlos Hincapié, gerente general de Cementos Chagres, señaló que 2025 sigue siendo un año complicado, al no alcanzarse los niveles prepandemia ni pospandemia, a pesar de la recuperación registrada en 2023. “En 2024, el mercado cayó un 9 %. Fue un año difícil por temas políticos y el cambio de gobierno, y en 2025 no se ha logrado una recuperación debido a las huelgas. Necesitamos estabilidad para que los inversionistas tengan seguridad en sus inversiones”, comentó.
El presidente de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac), Alejandro Ferrer Solís, ha señalado que por cada día que el sector se mantiene paralizado, la economía pierde más de 90 millones de dólares. Para este año, la proyección del gremio es que la construcción aporte más de mil millones de dólares al Producto Interno Bruto, cálculo que tendrá que ser revisado producto de la paralización de la construcción durante el mes de mayo.
El año pasado, la inversión alcanzó los 995.9 millones de dólares, cifra que estuvo por debajo de los 1,259 millones de dólares registrados en 2023, y por debajo de los 2,144 millones de dólares reportados en 2017, que sigue siendo el mejor año en la última década.
Inversión estatal
El gerente de Negocios de Argos, el presidente de Apacreto y Carlos Hincapié, gerente general de Cementos Chagres, ven con optimismo el plan de inversiones que pretende impulsar la administración del presidente José Raúl Mulino.
Morales comenta que los planes de infraestructura anunciados por el Gobierno son fundamentales como herramienta contracíclica para reactivar la economía nacional, ya que opina que en momentos de desaceleración, la inversión pública cumple un rol clave al dinamizar la actividad productiva, generar empleos formales y promover el desarrollo.

“Además, estas obras tienen un valor social, ya que mejoran la calidad de vida de las comunidades y crean condiciones para atraer inversión privada”, agregó.
Por su parte, el presidente de Apacreto señaló que es importante priorizar el uso de productos locales y cumplir con los plazos establecidos para que se reflejen los efectos en la economía. Añadió que, en paralelo, se debe trabajar en la estimulación de la inversión privada, como ocurre con la vivienda de interés social.
Hincapié señala que es importante darle celeridad a los proyectos estatales, ya que en muchos casos se anuncian grandes obras, pero nunca arrancan. Añade que la construcción a través de proyectos gubernamentales es el motor para reactivar la economía, por lo cual sostiene que, una vez arranquen los proyectos públicos, los del sector privado les seguirán.
El sector de la construcción está a la espera de la decisión que se tomará en cuanto a la Ley de Intereses Preferenciales aprobada en la Asamblea Nacional y que ha afectado el otorgamiento de créditos hipotecarios por la confusión que genera uno de sus artículos.
Se trata del artículo 12 de la ley, que establece que “entre seis y doce meses antes de que finalice el subsidio otorgado bajo el régimen de interés preferencial, el banco que haya otorgado el préstamo deberá realizar una evaluación de la situación financiera del beneficiario, con el propósito de evaluar si tiene capacidad real para continuar cumpliendo con los pagos una vez que comience a regir la tasa de interés comercial”.
Voceros del sector bancario indicaron que dicho artículo no fue discutido ampliamente entre los actores que participan en el sector de la construcción, por lo cual piden que el mismo se revise. El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, ha señalado que, en su opinión, la ley debe ser revisada para aclarar todas las dudas que tienen los actores de la industria.
Cemento saca la cara
En medio del estancamiento que registra el sector de la construcción, las principales cementeras del país han diversificado su catálogo de productos y han encontrado en las exportaciones de cemento una opción rentable.
Aunque la venta de cemento gris disminuyó 9% en el primer trimestre, la exportación de este insumo vital para la construcción se disparó considerablemente, con un volumen de 47 mil toneladas métricas, superando las 2 mil reportadas hace un año al cierre del primer trimestre.
Según datos de la Oficina de Inteligencia Comercial (Intelcom), del Ministerio de Comercio e Industrias, las exportaciones de cemento gris alcanzaron 11.4 millones de dólares durante el primer trimestre del año. La cifra refleja un crecimiento sostenido mes a mes, iniciando enero con 2 millones de dólares y superando los 5.6 millones de dólares en marzo.
El ejecutivo de Argos comenta que las exportaciones de cemento han sido una medida estratégica para mitigar el impacto de la caída de la demanda local, así como para sostener los costos operativos de las plantas de la empresa.
“Según datos de Contraloría, el uso de la capacidad instalada de la industria cementera nacional es de aproximadamente 40% al cierre de 2024, último año completo registrado, por lo cual la exportación nos ha permitido colocar producto nacional en mercados regionales, lo que nos permite equilibrar la carga de producción y mantener la competitividad sin comprometer el suministro al mercado panameño”.
Principalmente, las exportaciones panameñas de cemento tipo Portland se registran al mercado caribeño, en especial a Jamaica, Bahamas, Guyana, Bonaire, Cuba y Curazao, entre otros.
Adicional a las exportaciones de cemento gris, Morales comenta que Argos ha adoptado una estrategia de diversificación e innovación para hacer frente al contexto actual.

“Hemos fortalecido nuestro portafolio con productos diferenciados como las Mezclas Listas (soluciones listas para usar que optimizan tiempos y recursos en obra), además de impulsar la línea de agregados (grava y arena), y cementantes suplementarios. Paralelamente, la ampliación de nuestra terminal granelera nos ha permitido mejorar la capacidad logística y habilitar la exportación de materiales hacia mercados regionales, en respuesta a la menor demanda local”, dijo.
Por su parte, en Cemex Panamá comentaron que las inversiones este año están previstas para mantenimiento y optimización de los equipos, a fin de suplir la demanda presente y futura.
El gerente general de Cementos Chagres señaló que, por el momento, no hay planes para reducir la capacidad. “Nosotros somos una empresa panameña y no vamos a dejar nuestra operación. Nuestro plan es seguir ofreciendo el mejor servicio y la mejor calidad en nuestros productos a todos nuestros clientes, y estamos tratando de establecer alianzas con constructores y distribuidores locales para mantener abastecido el mercado”, dijo.
Los tres ejecutivos indican que la industria cementera panameña es altamente competitiva al contar con infraestructura moderna, una capacidad instalada robusta, tecnología de punta y mano de obra calificada, lo que le permite ofrecer productos de alta calidad, ajustados a las necesidades del mercado local y en cumplimiento con las normas técnicas.

Además, señalan que la ubicación estratégica y la capacidad logística del país les permiten a las empresas que participan en este sector atender la demanda interna y exportar a países vecinos, manteniendo estándares internacionales.
En esa línea, Hincapié comentó que las exportaciones son una actividad que ayuda a los cementeros a mantener activa la producción en las plantas. Explicó que en Panamá existe una capacidad adicional disponible de más de 1.5 millones de toneladas al año. “Nuestro mercado natural son las concreteras locales, así como la venta de sacos de cemento, pero ese segmento también se ha visto afectado por la baja en proyectos y la difícil situación económica del panameño común”, acotó.
Igualmente, sostienen que es fundamental que el país avance en una agenda conjunta que impulse el desarrollo del sector construcción. Morales destaca que entre las prioridades están incentivar proyectos de vivienda para todos los niveles socioeconómicos, aclarar aspectos técnicos y operativos de la Ley de Interés Preferencial para facilitar el acceso al crédito hipotecario, y generar condiciones de confianza para inversionistas nacionales e internacionales.
Actualmente, los principales proyectos de infraestructura pública en ejecución son la Línea 3 del Metro y el túnel, mientras que se registra una mayor demanda del segmento habitacional, con un crecimiento sostenido tanto en la construcción de nuevas viviendas como en remodelaciones.
El gerente general de Cementos Chagres señaló que el gobierno puede impulsar la economía si atiende tres temas que afectan directamente al sector construcción: primero, resolver la situación del interés preferencial, ya que —en su opinión—, aunque se aprobó una ley, esta no fue consensuada con los bancos y, por ello, no están prestando; segundo, saldar las deudas con contratistas y entidades financieras, que llevan tiempo esperando pagos; y tercero, dar una solución a las recientes huelgas vinculadas a temas bananeros, la CSS o la defensa del Canal. “La industria necesita operar en un país estable”, advirtió.