Así como los automóviles se movilizan por carreteras y calles, en el aire las aeronaves también deben seguir rutas establecidas para despegar y aterrizar.
En el caso de Panamá, estas rutas han sido insuficientes durante años para atender el crecimiento en las operaciones diarias que maneja el Aeropuerto Internacional de Tocumen, las cuales superan las 400 entre llegadas y salidas.
Mientras que países como Colombia tienen la capacidad de manejar hasta 68 operaciones por hora—incrementadas a 74 en temporadas de alta demanda—Panamá no supera las 35, lo que provoca congestión en el aire.
Rafael Bárcenas, director de la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC), adelantó a La Prensa en octubre pasado que, entre sus planes a corto plazo, estaba el rediseño del espacio aéreo panameño.
Ahora, Bárcenas confirmó que en enero pasado se implementó un plan piloto diseñado por la entidad para evaluar si la infraestructura aeroportuaria y los sistemas de comunicación podrían soportar un incremento en el número de vuelos que entran y salen del Aeropuerto Internacional de Tocumen.
Según el funcionario, los resultados fueron positivos, logrando incrementar las operaciones a cerca de 50 por hora durante las pruebas realizadas por la AAC.
No obstante, señaló que hubo retos importantes en la comunicación entre los distintos actores involucrados en las operaciones de salida y llegada de los aviones.
“Al aumentar el número de operaciones, se reduce el espacio entre las aeronaves y no pueden existir errores de comunicación”, destacó Bárcenas.
El espacio aéreo panameño se divide en dos zonas. La primera tiene su límite en los mil pies de altura, mientras que la segunda abarca las operaciones por encima de ese nivel.
La zona superior es utilizada por aeronaves que atraviesan el país con destino a otros lugares, mientras que el congestionamiento se concentra en la franja entre el suelo y los mil pies, donde convergen las rutas de entrada y salida de los aeropuertos nacionales.
En 2019, la AAC se vio obligada a cancelar la licitación para contratar la consultoría que reordenaría los canales aéreos panameños, luego de que su presupuesto sufriera un recorte de 8 millones de dólares como parte del plan de contención del gasto implementado por el gobierno del expresidente Laurentino Cortizo, tras asumir el poder el 1 de julio de ese año.
En esa oportunidad, cuatro compañías presentaron ofertas por el contrato, pero la licitación fue cancelada por falta de fondos.
Aunque el Aeropuerto Internacional de Tocumen cuenta con dos pistas, estas no pueden utilizarse de forma simultánea, ya que no cumplen con la separación mínima establecida por la normativa internacional para la llegada y salida de aeronaves.
Cuando un aeropuerto dispone de dos pistas operativas, la separación entre aeronaves debe ser de tres millas, pero al operar con una sola pista, esta distancia aumenta a seis millas, lo que genera largas filas en el aire.
Incluso en horas de mayor tráfico, las aeronaves deben volar hasta la región de Azuero para encontrar un espacio en la fila durante las operaciones de aproximación a la terminal aérea.
Otra alternativa para aumentar el número de vuelos por hora es la construcción de una tercera pista de aterrizaje en Tocumen, un proyecto que representaría una inversión superior a los 800 millones de dólares. Sin embargo, se estima que su construcción tomaría más de tres años y, por el momento, no existen planes concretos para su ejecución.

En cuanto a las pistas actuales, la semana pasada el presidente José Raúl Mulino anunció que Tocumen había relanzado la licitación para los trabajos de rehabilitación, luego de que el primer proceso fuera cancelado en julio de 2024 debido a irregularidades, según indicó el mandatario.
El nuevo acto de licitación tiene un precio estimado de 52.3 millones de dólares, superando los 38.9 millones de dólares del primer intento.
En su momento, voceros de Tocumen comentaron a La Prensa que la falta de perfiles técnicos especializados en las propuestas presentadas evidenciaba un vacío significativo en los requisitos para ejecutar una obra de tal envergadura en el principal hub de conexiones de América Latina y el Caribe.
Financiamiento
Tras los resultados del plan piloto, la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC) recibió un financiamiento no reembolsable de 3 millones de dólares del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) para llevar a cabo el rediseño del espacio aéreo panameño.
El trabajo estará a cargo de la empresa ALG, consultora especializada en transporte, infraestructura y logística aeronáutica.
Bárcenas señaló que el objetivo es aumentar a 65 el número de operaciones por hora, lo que permitirá fortalecer la competitividad del país para atraer más aerolíneas e incrementar las operaciones actuales.
Dado lo complejo del rediseño, explicó que la primera fase del proyecto tomará cerca de seis meses, con reuniones quincenales entre la AAC y la consultora para evaluar los avances.
Actualmente, el espacio aéreo panameño limita con Jamaica al norte y con Ecuador al sur.