Las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump contra el Canal de Panamá, comienzan a socavar la tranquilidad de los mercados internacionales y de los inversionistas que tienen en su portafolio bonos de la deuda soberana panameña.
El banco estadounidense J.P. Morgan revela en su informe sobre Panamá las razones que estarían detrás de las amenazas de Trump al país y las consecuencias que esto ha tenido para la percepción de riesgo financiero.
En opinión de este banco, la administración estadounidense podría tener dos propósitos para haber advertido a Panamá sobre el estatus del Canal, más aún al agregar a China en este escenario, aunque en innumerables ocasiones el presidente de la República, José Raúl Mulino, ha señalado que no hay presencia china en la administración de la vía interoceánica.
J.P. Morgan identifica dos propósitos detrás de las amenazas de Trump:
Compensar los posibles aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos a las importaciones chinas mediante la reducción de los costos de tránsito del Canal.
Presionar actividades percibidas como vinculadas a China dentro del propio Canal, como el caso de los puertos.
El banco estadounidense revela que, a su juicio, la segunda razón —es decir, la de presionar a Panamá por los vínculos con China— es una de las que domina el debate.
J.P. Morgan menciona que existe preocupación por parte de Estados Unidos debido a que una empresa con sede en Hong Kong, Hutchison Ports PPC, opera dos puertos en el Canal (uno en el Pacífico y otro en el Atlántico), además de que otras empresas chinas participan en la construcción de un puente sobre la vía interoceánica. Esto último en referencia a la construcción del cuarto puente, a cargo de un consorcio integrado por las empresas China Communications Construction Company LTD y China Harbour Engineering Company LTD.
El banco estadounidense hace mención a la reciente auditoría que ha iniciado la Contraloría General de la República a la empresa Panama Ports Company (PPC), subsidiaria de la empresa con sede en Hong Kong que opera los puertos.
“En nuestra opinión, esto indica, como hemos visto en otros países, la intención de Panamá de acomodarse, en la medida de lo posible, a algunas de las demandas estadounidenses y tratar de evitar una escalada, lo cual creemos que será manejado”.
Por otro lado, el banco deja en el tapete que “existe el riesgo residual de que la administración Trump pueda escalar aún más las tensiones”.
Los efectos de las amenazas de Trump provocaron que J.P. Morgan redujera la recomendación que daba a los inversionistas sobre la deuda soberana de Panamá, debido al temor que existe por el impacto que puedan tener en el país las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de tomar de nuevo el Canal.
En tal sentido, el banco estadounidense, que antes hacía una recomendación elevada para que los inversionistas compraran los bonos de Panamá, decidió reducir de “sobreponderado” a “peso de mercado” la deuda, dejando por sentado que existe incertidumbre por las acciones que pueda tomar Trump y el efecto en la economía local.
“Esta tensión inesperada incrementa el riesgo de que Estados Unidos pueda considerar medidas punitivas (hasta ahora, los aranceles han sido la herramienta de política preferida, aunque la baja exposición comercial directa de Panamá con Estados Unidos podría hacer que su mucho más amplio sistema financiero sea un objetivo más coercitivo)”, considera J.P. Morgan.
Percepción sobre la economía panameña
J.P. Morgan indica que, a pesar de este nuevo y potencialmente disruptivo impacto externo, mantiene la opinión de que, en igualdad de condiciones, Panamá conservará su calificación de grado de inversión hasta fin de año.
Recalca que Fitch ya ha reducido la calificación a BB+, mientras que Standard & Poor’s parece más cómodo manteniendo a Panamá en BBB- (estable). Por lo tanto, la clave para determinar si Panamá termina con dos de las tres principales agencias de calificación otorgándole una calificación inferior a grado de inversión recae en Moody’s, que, a finales de noviembre, puso una perspectiva negativa sobre su calificación Baa3, aunque aún en terreno de grado de inversión.
“Las principales preocupaciones de Moody’s están relacionadas con la capacidad de Panamá para reducir su déficit fiscal y estabilizar la dinámica de su deuda, lo que sugiere que la capacidad del país para cumplir con las reformas y lograr un crecimiento más fuerte de lo esperado serán las variables clave a seguir”, indica J.P. Morgan.
El banco estadounidense considera que, aunque persisten los desafíos, la situación de Panamá está regresando, en general, a la dirección correcta.
En cuanto al crecimiento del PIB para 2024, que aún no se ha publicado, J.P. Morgan considera que probablemente se sitúe cerca del 5% interanual, aunque ligeramente por debajo de lo que previamente anticipaban. El banco proyectaba anteriormente un crecimiento de 5.2%.
“Nuestra nueva estimación es del 4.7% interanual. La revisión a la baja se debe a la inesperada caída del indicador del PIB de noviembre, que fue mayor de lo previsto (mientras esperábamos una caída mensual ajustada por estacionalidad del 1%, la actividad cayó un 3%, según nuestro ajuste). Con los datos de noviembre en mano, hay muy poco margen para la variación, pero aún esperamos un repunte en diciembre. Para 2025, proyectamos un crecimiento del 4.9%”, detalla el análisis.
El banco también expresa que observa de cerca la evolución de la aprobación de la reforma de la ley de la Caja del Seguro Social.
“El primer bloque de los cuatro en que se dividió la reforma fue aprobado en primer debate en la Asamblea Nacional. Dicho esto, como anticipamos, este es solo el primer debate. Aborda los temas menos controvertidos de la reforma y, aun dentro de estos, los aspectos más ‘controvertidos’ se dejaron para su aprobación posterior. Por lo tanto, aunque son pasos muy modestos, van en la dirección correcta”.