Una reforma fiscal sin elevar la tasa de impuestos es lo que plantea el Ministerio de Economía y Finanzas para enfocarse en mejorar la recaudación, reducir la evasión fiscal y lograr frenar el déficit fiscal que registra el Gobierno.
Así lo anunció el viceministro de Finanzas, Fausto Fernández, durante su exposición en la X Cumbre Financiera Internacional organizada por la Asociación Bancaria de Panamá y Felaban.
Fernández explicó que se impulsa una reforma fiscal enfocada en optimizar la eficiencia de la recaudación, sin elevar las tarifas impositivas actuales.
“La reforma fiscal que tenemos que hacer es funcional, no es de tarifas. No tenemos que subir los impuestos”, aseguró Fernández, al destacar que la tasa del ITBMS en Panamá, del 7%, es una de las más bajas de la región.
El viceministro subrayó que el Estado enfrenta retos estructurales vinculados a la evasión fiscal, la informalidad y la sobreexplotación de regímenes especiales, factores que han reducido consistentemente la base tributaria y minado los ingresos fiscales.
“Tenemos que ser más eficientes en cómo lo hacemos. Porque sí tenemos que atacar el tema de evasión fiscal”, recalcó Fernández, anunciando un plan para modernizar la Dirección General de Ingresos (DGI), mejorar la fiscalización y simplificar procesos.

“Yo creo que hay gente que ha dejado de pagar y no es necesariamente porque no tienen plata, es porque sabe que nadie los está persiguiendo”, dijo.
Reveló que parte de la reforma es incluir a las plataformas digitales dentro del cobro del ITBMS lo que podría generarle al fisco entre 70 y 100 millones de dólares adicionales en recaudación.
“Todo está en revisión, lo primero que tenemos que atacar es el tema de la evasión previa a la reforma. Tenemos que hacer reformas para cobrar todos los impuestos que no podemos porque no hay una reforma y una regulación”, dijo sobre el impuesto a las plataformas digitales.

En el marco de su exposición, Fernández también abordó el desafío de sostener el grado de inversión de Panamá tras la rebaja de calificación crediticia sufrida recientemente por parte de Fitch Ratings. Destacó que se han sostenido encuentros con calificadoras y bancos internacionales para recuperar la confianza en la política fiscal panameña.

“Nuestro primer foco durante este año de gobierno ha sido, uno, consolidar las finanzas públicas y, dos, no perder el grado de inversión”, afirmó.

El viceministro detalló que el déficit fiscal cerró cerca del 7% el año pasado, un nivel inédito fuera del contexto de la pandemia, y se propone reducirlo progresivamente hasta alcanzar el 1.5% en 2029.
En cuanto a la deuda pública, actualmente cercana al 70% del Producto Interno Bruto (PIB), Fernández planteó el objetivo de disminuirla hasta el 56% en el próximo quinquenio y llevarla a menos del 40% en un horizonte de 15 años, mediante un uso más eficiente de los recursos públicos y una mayor disciplina fiscal. La administración del expresidente Laurentino Cortizo dejó la deuda pública en $51,812 millones. Hasta mayo pasado, según el reporte del MEF, la deuda pública ascendía a $56,155 millones, es decir, en casi un año el gobierno de José Raúl Mulino ha incrementado la deuda en $4 mil 345 millones.

Sobre las perspectivas de crecimiento, Fernández explicó que Panamá proyecta un ritmo anual promedio de 4% en los próximos cinco años, menor al observado históricamente, debido a los ajustes que implica la reestructuración fiscal y al impacto de eventos como el cierre temporal de la mina de cobre y las protestas sociales.

Reiteró que la estrategia del gobierno pasa por priorizar inversiones estratégicas —como proyectos logísticos y de infraestructura ferroviaria— y trabajar junto al sector privado para generar empleo formal, ampliar la base de contribuyentes y fortalecer la economía panameña.
“El Estado no debe ser el subvencionador de la empresa privada. Debe ser el fomentador de la empresa privada”, puntualizó , en alusión a los regímenes fiscales que se prolongan indefinidamente y terminan afectando las finanzas públicas.
Señaló que Panamá ha utilizado incentivos para estimular sectores estratégicos, como el turismo, pero aclaró que la visión oficial no es seguir subsidiando la construcción de hoteles, sino apostar por infraestructura turística conectada y sostenible.
“Tenemos que hacer las inversiones correctas para tener esa infraestructura que nos lleva a nosotros a que no es para invertir en hacer un hotel nuevo en tal lado, es cómo yo conecto una ruta que diga empezamos aquí en la ciudad de Panamá y terminamos en Boquete”, expresó, subrayando la importancia de reorientar los estímulos para generar desarrollo a largo plazo.