En su reciente columna La Cámara Opina, titulada “Factores Claves para Construir Confianza”, la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Panamá (CCIYAP) aboga por la necesidad de atraer más inversión extranjera directa (IED) al país y promover la generación de empleos formales. Coincido con ambos planteamientos, pero ¿podemos generar más empleos formales a corto plazo?
La generación de empleo formal depende directamente de los niveles de inversión privada, que a su vez vienen determinados por la confianza de los inversionistas sobre las perspectivas y sostenibilidad, tanto de la demanda como de la rentabilidad de las inversiones en determinada actividad económica.
El número de nuevos contratos laborales tramitados por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL) es un indicador inequívoco de la confianza en el clima para la inversión privada en el país.
En el 2017 MITRADEL tramitó 445 mil nuevos contratos laborales versus 240 mil en el 2022 (205 mil contratos menos en 5 años).
Se generó empleo formal donde hubo inversión, como es el caso de la Minería, Energía y Educación, pero el 90% de la contracción laboral ocurrió en 4 sectores: Construcción (50%), Hoteles & Restaurantes (19%), Comercio (14%) e Información & Comunicaciones (7%), reducciones directamente relacionadas a menores niveles de inversión privada.
La minería y la energía acapararon la atracción de IED y lideraron la formación de capital en los últimos años. Las exportaciones metálicas confirman lo que se logró con la inversión, pero los 6 sectores que aportan las dos terceras partes de la fuerza laboral privada dejaron de ser atractivos para la inversión, y entre el 2012 y 2022, como bloque, sólo generaron empleo informal.

Estos sectores son se encuentran Comercio, Construcción, Logística, Industria, Hoteles/Restaurantes y Otras Actividades de Servicio, los cuales representan 4 de cada 5 nuevos empleos creados en el 2022 y 9 mil de los 10 mil nuevos informales que, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), se agregaron mensualmente a la economía.
A abril de 2022, los porcentajes de empleo informal en los 6 sectores claves eran Comercio (54%), Construcción (73%), Logística (61%), Industria (64%), Hoteles/Restaurantes (62%) y Otras Actividades de Servicio (87%), niveles muy superiores a la informalidad laboral de la economía en su conjunto (48.2%).
Como resultado de la pandemia, el sector privado perdió 407 mil empleos formales, 364 mil en el 2020 más 43 mil trabajadores suspendidos que no recuperaron trabajos, 47% de todos los empleos formales privados existentes antes del COVID-19.
Cifras de MITRADEL indican que el promedio mensual de nuevos contratos laborales tramitados entre enero y marzo 2023 es el mismo del año pasado (20 mil por mes), en contraste con 33,626 mensuales para el primer trimestre del 2019, al tiempo que todos los meses se incorporan 10 mil nuevos informales a la economía, versus 3,079 en el año prepandemia.
Se está generando 40% menos empleos formales y más del triple de los informales que antes de la crisis.
La estructura laboral de los 6 sectores claves es dominada por micro, pequeñas y medianas empresas, es decir, microempresarios informales y empleados de empresas con menos de 20 colaboradores.
El porcentaje de empleos generados por estos dos colectivos en la población ocupada de cada sector es Construcción 72%, Comercio 68%, Logística 77%, Industria 85%, Hoteles/Restaurantes 86%, Otros Servicios 89%.
La generación de empleos formales requiere el fortalecimiento previo de la confianza de que invertir en estas actividades económicas es buen negocio. Esta confianza a su vez depende de las respuestas a preguntas como ¿existe una oportunidad real de negocio? ¿hay una demanda sostenible? ¿existen reglas claras para invertir? ¿hay seguridad jurídica? ¿qué tan complicada es la permisología y tramitología? ¿debo pagar “coimas” para agilizar trámites gubernamentales? ¿existe acceso a financiamiento?
Las características y situaciones de cada uno de los sectores mencionados es diferente, pero comparten el alto grado de incertidumbre en el clima para la inversión privada. De tal manera que la pregunta de ¿cómo generamos más empleos formales? debe ser precedida por la pregunta de ¿cómo mejoramos la confianza de que invertir en esas actividades es buen negocio?
A pesar de que nos encontramos en un año preelectoral, apuesto porque esa confianza vaya mejorando y traduciéndose en un incremento en el promedio de nuevos contratos laborales tramitados mensualmente por MITRADEL.
Lograrlo no sólo dependerá del Gobierno, sino del aporte de todos nosotros.