Aumentar en un 80% el número de vuelos que aterrizan y despegan del país es el objetivo principal del rediseño del espacio aéreo que contratará la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC).
Rafael Bárcenas, director de la AAC, confirmó a La Prensa que el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) ya tiene listo el pliego de condiciones que se utilizará para contratar la actualización del espacio aéreo panameño. Indicó que la entidad bancaria aportará 3 millones de dólares en fondos no reembolsables para realizar el estudio, que tomaría seis meses.
Actualmente, el espacio aéreo permite la entrada y salida de unos 35 aviones por hora, pero análisis realizados por la AAC en meses recientes arrojaron que, aplicando una reconfiguración, podría aumentarse hasta 65.
“Hay que tener claro que el espacio aéreo se divide en dos zonas. La primera tiene su tope en los mil pies de altura, y la segunda es por encima de ese límite. La zona sobre los mil pies es la que utilizan los aviones que pasan por Panamá, pero se dirigen a otros destinos. Ahí no tenemos mayores problemas; el congestionamiento se da en la zona entre el suelo y los mil pies de altura, ahí la situación es muy crítica”, comentó Bárcenas.

Además de habilitar nuevos canales de entrada y salida, la reestructuración del espacio aéreo debe contemplar las aproximaciones simultáneas para utilizar ambas pistas de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Tocumen, lo que requeriría realizar inversiones en las calles de rodaje del aeropuerto.
El director de la AAC también comentó que han solicitado a la CAF utilizar parte de los fondos para encontrar alternativas viables y rentables para separar el servicio de tránsito aéreo, de forma que no esté dentro del organigrama de la entidad, que actualmente es juez y parte.
“Le hemos solicitado a la CAF que nos colabore con los estudios económicos para presentar alternativas al Ejecutivo sobre las opciones que existen para desvincular el servicio de tránsito aéreo de la AAC. Precisamente, esta es una recomendación recurrente que hace la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) cuando audita el esquema aeronáutico panameño”, comentó Bárcenas.
En la última auditoria realizada por la OACI en septiembre pasado, Panamá obtuvo un cumplimiento de 57%, inspección en la que se revisaron aspectos relacionados con la navegación aérea, los pilotos, el mantenimiento, el servicio de tránsito aéreo, y cuyos resultados preliminares arrojaron aspectos que hay que mejorar, entre otros.
El director de la AAC señala que todo lo relacionado con la investigación de accidentes también debe estar separado del regulador aeronáutico para aumentar la transparencia del proceso.
“Hay que establecer un proceso de consulta con los controladores aéreos y ministerios vinculados con la seguridad para encontrar el mecanismo de separar la investigación de la parte reguladora”, acotó.
Reconoció que no es el momento para entrar en dicha discusión, pero señaló que son aspectos que deben ser revisados para actualizar todo el marco aeronáutico panameño, tomando en cuenta que la legislación de la AAC es de 2003.
“Estamos desfasados, no estamos cumpliendo con los parámetros establecidos por la OACI, hay normas que se interfieren entre sí. En pocas palabras, hay que revisar todo y para ello necesitamos una nueva legislación”, resaltó el funcionario.
Visita oficial
En medio del proceso de reorganización que adelanta la AAC, Bárcenas confirmó a La Prensa que en julio próximo Juan Carlos Salazar, secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), realizará una visita oficial a Panamá.

La OACI es el organismo especializado de las Naciones Unidas responsable de establecer los estándares y normas que deben seguir los países para garantizar la seguridad, eficiencia y regularidad de la aviación civil internacional. La visita de Salazar será la primera que un secretario de la OACI realice al país.
Para el director de la AAC, la visita del secretario de la OACI es un respaldo a las acciones que se han tomado en los últimos meses para cumplir, bajo la legislación actual, con todos los requerimientos solicitados por el organismo internacional.
Por el espacio aéreo panameño, que al norte limita con Jamaica y en el extremo sur colinda con Ecuador, pasan más de 20 millones de pasajeros que no tienen como destino final Panamá. De ahí la importancia de que el país esté al día con las recomendaciones de la OACI.
“Ahora estamos presentando nota de estudio a la OACI de los cambios que se han venido implementando en estos 11 meses, como la validación de las normas de seguridad de 30 países, que permite contar con un flujo más controlado de personas en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, así como la separación de flujo de aquellos viajeros procedentes de países cuyos sistemas no han sido homologados”, destacó el director de la AAC, quien agregó que inspectores de Canadá, de la Unión Europea y de Estados Unidos han calificado positivamente los avances que registra el país.
Bocas del Toro
Adicional, a la ampliación del espacio aéreo, el director de la AAC señaló que solo están a la espera de que la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional apruebe el traslado de partida que solicitará la institución por 6 millones de dólares para comprar los terrenos que permitirán construir el nuevo aeropuerto en Isla Colón.

La transacción se financiará con fondos ahorrados por la AAC a través del Fondo para el Desarrollo de la Infraestructura Aeronáutica Nacional (FEDIAN), que se nutre de aportes del Aeropuerto Internacional de Tocumen.
En total, la AAC adquirirá 20 hectáreas para construir la nueva terminal, que reemplazaría la actual infraestructura que se quedó obsoleta para atender el movimiento de pasajeros y aeronaves en uno de los principales destinos turísticos del país.
Aunque aún no se ha tomado una decisión final, Bárcenas adelantó que, una vez concretada la compra, la obra podría ser concesionada al sector privado para su desarrollo y posterior administración. Sin embargo, aclaró que se están evaluando diversas opciones.
Nuevas aerolíneas
En cuanto a la llegada de nuevas aerolíneas, además del arribo de Aeroméxico y Condor, que esta semana retomaron los vuelos desde Ciudad de México y Fráncfort, Alemania, Bárcenas comentó que hay interés de WestJet Airlines en establecer vuelos regulares desde Calgary, Alberta —la segunda aerolínea más grande de Canadá— al aeropuerto de Río Hato.

Indicó que en los próximos días estará viajando a Arabia Saudita para firmar un memorándum de entendimiento de servicios aéreos, que es un paso previo para eventuales operaciones aéreas entre ambos destinos y señaló que se han sostenido conversaciones con la aerolínea All Nippon Airways, aunque aclaró que el proceso está en sus primeras fases de exploración.