Los días de paralización y protestas por parte de sindicatos de la construcción y gremios docentes comienzan a dejar efectos negativos en sectores estratégicos de la economía local.
Restaurantes, establecimientos en centros comerciales, supermercados, bodegas, proveedores de alimentos y pequeños y medianos empresarios además de productores agrícolas registran caídas en sus ventas y teman una interrupción de las actividades y de la cadena de suministro que termine de perjudicar los empleos.
En el caso del sector de restaurantes en Panamá, los empresarios del área enfrenta una preocupante caída en sus ventas, con descensos de entre 30% y 40% durante las últimas dos semanas debido a las protestas y tranques que han afectado tanto a la ciudad como al interior del país.
Domingo de Obaldía, empresario del sector gastronómico y expresidente de la Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá, advirtió que la situación es crítica, ya que “la mayoría de los restaurantes en Panamá abren a atender al público a las doce del mediodía, cuando se ha complicado últimamente el tránsito y se ven afectados por la caída en la afluencia de comensales”.

Aunque algunos negocios han intentado compensar las pérdidas mediante las plataformas de entrega a domicilio, reconoce que estas ventas en línea, tampoco han logrado mantener los niveles habituales de facturación.
“Definitivamente existen plataformas para llevar comida, pero incluso esas también han bajado”, señaló De Obaldía, destacando que las expectativas conservadoras de recuperación se han visto afectadas por la coyuntura actual.

Además de la disminución en las ventas, el sector también enfrenta retos en la cadena de suministro, debido a los retrasos que generan los tranques para poder recibir insumos como verduras y hortalizas y otros productos perecederos. “Ya hemos oído de problemas en que la gente que trae mercancía está tardando mucho más de lo normal en algunos tranques, eso le eleva los costos al transportista y en algún momento el costo del producto también va a subir”, advirtió.
Este impacto no solo afecta a la industria gastronómica, sino también a supermercados, abarroterías y pequeños comerciantes.
De Obaldía hizo un llamado a los gremios y sus dirigentes para buscar soluciones y evitar una crisis mayor. “Yo hago un llamado realmente a los gremios, sobre todo a sus dirigentes, porque la mayoría de estos gremios, lamentablemente sus dirigentes tienen una connotación más de izquierda y quieren aprovechar la situación para crear caos, como siempre lo hace la izquierda”, manifestó. A pesar de las diferencias, subrayó la importancia de respetar la democracia y las leyes aprobadas tras amplios debates legislativos.
Por su parte, Rino Tamburelli, presidente de la Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá, advirtió que la situación es “bastante fuerte”, con una caída de ventas que ya alcanza entre un 20% y 25% en promedio, y hasta un 50% en el turno nocturno. “Cada vez que hay una paralización, la gente se abstiene de salir”, expresó, señalando que los costos fijos como la electricidad permanecen invariables, lo que complica aún más la operatividad de los negocios.

Tamburelli explicó que si las protestas y cierres de calles continúan por un par de semanas más, muchos restaurantes se verán obligados a reducir horas de trabajo para evitar despidos.
“El pánico que tenemos es que si esto continúa así, pueden venir despidos, y eso es lo que uno no quiere”, afirmó.

Según datos de la Asociación, el gremio genera 12,000 empleos directos y cerca de 9,000 empleos indirectos asociados a servicios como mantenimiento y logística. Actualmente, la Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá agrupa a entre 800 y 900 restaurantes, una cifra que refleja solo una parte del total de establecimientos en el país, por lo que el número es mayor y también la cantidad de empleos.
“Imagínense los restaurantes que no son miembros, por eso estamos hablando que pueden estar entre 70,000 empleos o más”, indicó Tamburelli.
Asimismo, alertó que la crisis también está impactando a los agricultores y proveedores, ya que la baja en las ventas limita la compra de productos perecederos como frutas y verduras, afectando toda la cadena de suministro.

Interrupción en las cadenas de suministro
Roberto Pretelt, presidente de la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares (Acovipa), entre los que hay almacenes de alimentos, supermercados, bodegas entre otros, expresó su preocupación por el impacto que las recientes protestas y cierres de vías están teniendo sobre el comercio.
“Venimos con un arrastre de pérdidas y con estas situaciones de estos cierres se suma mucho más a que la actividad comercial nuestra sigue en detrimento”, afirmó.

Si bien reconoció el derecho a manifestarse, subrayó que no están de acuerdo con los cierres de calles, y pidió a las autoridades “aplicar más medidas de fortaleza” para garantizar la apertura de las vías, especialmente en zonas como Bocas del Toro y Santiago, donde el impacto ya es notorio.

Pretelt advirtió que el sector ya enfrenta problemas de desabastecimiento, tanto en Mercapanamá como en las cadenas de supermercados del país, afectando la disponibilidad de productos básicos.
“Ya la cadena de suministro se está viendo afectada y estamos calculando que esta afectación va por el orden del 30%”, detalló. Este desabastecimiento también está golpeando a los restaurantes, que dependen de estos insumos, sumando una nueva preocupación para la industria alimentaria y de comercio.
En términos de empleo, Pretelt destacó que dentro del gremio de Acovipa dependen cerca de 300,000 trabajadores.
Aunque por ahora no se han tomado decisiones drásticas, el empresario advirtió que muchas compañías ya están revisando sus operaciones para “hacer los ajustes” necesarios si la situación no mejora.
“Esta situación se está yendo un poquito más allá de las manos”,