“Espero concluir antes del 31 de diciembre todo el proceso para las concesiones de los otros tres aeropuertos: Río Hato, David y Colón, cada uno en su modalidad y utilidad correspondiente”.
Con estas palabras, el presidente José Raúl Mulino actualizaba en octubre pasado al país sobre el avance del proceso para concesionar tres de las cuatro terminales aéreas que actualmente son operadas por el Aeropuerto Internacional de Tocumen.
La concesión sería para los aeropuertos Enrique Adolfo Jiménez, de Colón; Enrique Malek, en David, Chiriquí; y el aeropuerto Scarlett Martínez, en Río Hato. Panamá Pacífico, antigua base militar de Howard, seguirá bajo la administración de Tocumen, al ser la terminal alterna en caso de un cierre en el principal aeropuerto del país.
¿Pero a pocas semanas de culminar el año, en qué etapa está el proceso? El gerente general de Tocumen, José Antonio Ruiz, dijo a La Prensa que se trabaja en la contratación de la empresa que diseñará el plan a seguir para entregar en concesión las tres terminales, las cuales —reiteró— generan pérdidas en su operación.

“Es un reto porque los aeropuertos regionales generan pérdidas, y no se trata de contratar a una empresa que se encargue solo de la operación y mercadeo; se debe ser creativo”, dijo el funcionario.
Ruiz comentó que, después de que el presidente Mulino anunciara el año pasado que los aeropuertos regionales se darían en concesión, Tocumen realizó una campaña de información internacional para generar interés entre las empresas dedicadas a la gestión aeroportuaria.
“Salimos al mundo a buscar interesados y recibimos muestras de interés; incluso recibimos la visita de estas compañías”, comentó Ruiz, quien agregó que, a la fecha, se han recibido dos propuestas, mientras que una tercera todavía está por definirse, aunque se reservó el nombre de los interesados y el país de origen.
El gerente del aeropuerto reiteró que las tres terminales serían cedidas a un solo operador.

Durante los primeros nueve meses de 2025, los aeropuertos regionales Enrique Malek (David), Scarlett Martínez (Río Hato) y Enrique Jiménez (Colón) movilizaron en conjunto cerca de 276 mil pasajeros y registraron alrededor de 17 mil operaciones aéreas, cifras similares a las del mismo periodo de 2024.
Aunque David mostró un leve incremento en el flujo de viajeros, Río Hato y Colón registraron descensos, afectados por la reducción de vuelos turísticos y corporativos, respectivamente.
Desde 2022, el movimiento de pasajeros en los aeropuertos regionales ha mantenido una tendencia de crecimiento sostenido, impulsada por el aumento de vuelos hacia Chiriquí por parte de Copa Airlines en la ruta Panamá–David y por la operación de aerolíneas canadienses durante la temporada alta de verano en el aeropuerto Scarlett Martínez, en Río Hato.

Ruiz reconoció que múltiples empresas habían mostrado interés en el futuro proceso de concesión, pero tras observar la operación de las terminales decidieron retirarse. Sin embargo, explicó que el plan que diseñará la firma contratada se basará en las recomendaciones y peticiones de todos los interesados en operar los tres aeropuertos.
Revisión de gastos
El Decreto Ejecutivo 654 del 5 de junio de 2012 concretó el traspaso, a título gratuito, de los aeropuertos regionales a Tocumen, S.A., ya que en su momento se determinó que la sociedad anónima contaba con los recursos para sacar el máximo provecho a los más de 130 millones de dólares destinados a la modernización de las terminales aéreas.
Trece años después, y tras el paso de dos administraciones, los aeropuertos se mantienen en números rojos. Jaime Fábrega, vicepresidente regional para Sudamérica del International Council of Aircraft Owner and Pilot Associations (IAOPA).entó que es importante revisar los gastos que impiden que las terminales regionales sean rentables.
Explicó que, en el caso de David, la terminal cuenta con un movimiento importante de pasajeros, por lo que es necesario realizar una revisión profunda de sus gastos para determinar el origen de las pérdidas.
En cuanto a Río Hato, citó el caso del aeropuerto de Guanacaste, en Costa Rica, también ubicado en una zona de playa en el Pacífico, que el año pasado recibió cerca de 2 millones de pasajeros, mientras que la terminal panameña no superó los 60 mil.
Sobre Colón, dijo que la ubicación de la terminal de pasajeros hace que el traslado hacia el centro de la ciudad demore más que antes, lo que restó atractivo a la operación. Además, señaló que se ha mencionado que el aeropuerto tendría actividad de carga, pero actualmente no cuenta con las instalaciones para ofrecer ese servicio, por lo cual, de darse una concesión, el nuevo operador tendría que realizar la inversión.

Fábrega advirtió que, al darse la concesión de los aeropuertos regionales, el futuro operador buscará recuperar su inversión a través de incrementos en los costos, lo que podría provocar que los pocos usuarios de las terminales de Río Hato y Colón dejen de utilizar esas instalaciones, mientras que, en el caso de David, podría darse un alza que tendrían que asumir los pasajeros.
“No le veo mucho valor a la concesión y creo que solo se estaría pasando la responsabilidad a un operador, cuando primero debe definirse el porqué de las pérdidas y buscar formas creativas de atraer aerolíneas que quieran operar”, destacó el piloto panameño, quien advirtió que hay casos como el de la terminal de Cartagena, Colombia, donde un operador privado elevó los costos, provocando una disminución de usuarios.
Sobre el proceso de concesión de las terminales regionales, el director de la Autoridad Aeronáutica Civil, Rafael Bárcenas, dijo que el papel de la institución es limitado, ya que la operación depende de Tocumen. Explicó que, más allá del asesoramiento a la junta directiva de Tocumen y al Órgano Ejecutivo, la AAC no tiene mayor participación en el proceso.
De acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), más del 90% de los turistas que visitan el continente llegan por vía aérea, lo que evidencia el papel de las terminales aéreas como motores del turismo y de las economías locales.
En la misma línea, el Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI LAC) subraya que estas los aeropuertos —incluidos los regionales— generan un impacto directo e indirecto en el empleo y en el PIB nacional, reforzando la necesidad de asegurar su operación eficiente y sostenible.


