Las lluvias ya pasaron y las aguas de los ríos volvieron a su cauce, la naturaleza se renueva y las heridas dejadas por los efectos indirectos de los huracanes ETA e IOTA han sido enmendadas y en algunos casos sanadas.
El distrito de Tierras Altas, en la provincia de Chiriquí vuelve a renacer y se sacude del lodo que afectó algunas zonas, para ahora reinventarse a través de alianzas y al tenor de una economía colaborativa para atraer a los visitantes.
Operadores turísticos, hoteleros, emprendedores, comerciantes y gremios unen fuerzas para relanzar el destino de Tierras Altas y atraer a los visitantes con la apuesta del agro y ecoturismo y una oferta sostenible con el medioambiente que busca acoplarse a las exigencias de bioseguridad en medio de la ‘normalidad’ impuesta por la pandemia.
“En toda crisis hay una oportunidad y este es un buen momento para que el panameño conozca su propia tierra y que descubra las bondades del distrito de Tierras Altas”, resalta Luigi de la Lastra, presidente de la Cámara de Turismo, Comercio e Industria de Tierras Altas.
El foco principal es atraer en primera instancia al turismo doméstico que por meses ha estado viviendo en confinamiento y ahora busca espacios abiertos, naturales y donde la propuesta de un turismo sostenible integrado con la oferta hotelera, la agricultura y la gastronomía hacen la diferencia.
De la Lastra indica que no se trata de descuidar al turista extranjero, sino de comenzar primero por el local para devolver la confianza al sector que ha estado golpeado tanto por la pandemia como por los embates de la naturaleza.

Muchos hoteles y establecimientos en la zona han comenzado a trabajar con al menos 10% de su capacidad y esperan que en la medida que se reactiven las actividades, se retomen más empleos.
“Estamos creando paquetes turísticos que puedan ser atractivos tanto en la propuesta como en el precio y entre varias empresas se están diseñando tour de forma conjunta, adaptados a la nueva realidad para mantener el distanciamiento y tener un trato personalizado”, dijo.
Uno de los objetivos es que los visitantes puedan mantenerse dentro de la burbuja familiar mientras conocen la vida en el campo, con el recorrido de fincas cafetaleras, ganaderas, de producción agrícola o conozcan parques naturales y senderos que surcan ríos y todo bajo la sombra del volcán Barú y un clima que invita a pasear entre las nubes, mientras se degusta un delicioso café geisha o un postre de fresas con crema.
De la Lastra destaca que la libertad y el contacto con la naturaleza es el principal valor agregado de la zona.
Además de que las personas vivan una experiencia real del campo a la mesa con actividades agrícolas como cosechar café, hortalizas, frutas o incluso pescar truchas que degustarán luego en platos preparados por prestigiosos chef en los distintos restaurantes y hoteles.

Colaborar es la clave
El distrito de Tierras Altas, que agrupa los corregimientos de Volcán (cabecera), Cerro Punta, Cuesta de Piedra, Nueva California y Paso Ancho, cuenta con una oferta hotelera y gastronómica única. Más de 190 habitaciones disponibles en varios hoteles y alojamiento boutique.
Ruth Espinoza, gerente general del Hotel Casa Grande, menciona que al quedar tan afectados, decidieron reinventarse y apostar por el turismo colaborativo en el que agrupan dentro de este establecimiento otras propuestas empresariales y emprendedores de la zona .
Se trata de alianzas con emprendimientos como Heladería y Dulcería Alina, Bambito Estate Coffee, Cerveza Montaña Artesanal y productos de la finca Cerro Brujo y otras marcas locales que se integran dentro del portafolio de servicios que ofrece el hotel Casa Grande, que además pone a disposición varios restaurantes y tiendas.
“Hemos remodelado todas las instalaciones con muchas áreas sociales abiertas para cumplir con las exigencias del Ministerio de Sanidad, y se cuenta con un parque acuático y las personas pueden venir a disfrutar de un turismo sin riesgo”, detalla Espinoza.

Leonardo Martínez, gerente del hotel Bambito Resort, comenta que una vez superados todos los problemas que se suscitaron, están recibiendo turistas en instalaciones adecuadas y con el concepto de un hotel ecológico.
“Tenemos mucha fe, optimismo y ganas de atenderles para que vengan a visitarnos. Ya poco a poco los turistas han estado regresando y se comienza a recuperar la confianza en el turismo. La mayoría de los lugares turísticos están abiertos”.
Resulta increíble cómo el sector turístico chiricano, con calles y estructuras sepultadas por el lodo en noviembre de 2020, ha podido resurgir en tan poco tiempo.
Pedro Rodríguez, vicepresidente de la Cámara de Turismo, Comercio e Industria de Tierras Altas, quien también es gerente del Hotel Brezos, ubicado en Volcán, destaca que todos los actores del sector turístico se están reinventando, ajustando precios, paquetes y ofertas turísticas para empujar la reanimación de la industria.

“Volcán ha sido designado ciudad turística y hay muchos proyectos que se han aprobado y aunque algunos están en pausa, estamos ahora retomando fuerzas para hacer alianzas y hacer paquetes que integran hoteles, fincas, oferta gastronómica y muchas actividades para atraer a los visitantes”, agrega Rodríguez.
La clave está en la colaboración que hay entre los distintos actores de la industria turísticas de Tierras Altas, que están creando sinergia y una comunidad para recomendarse unos a otros y sacar ventajas competitivas de los servicios para los turistas.
Una visión en la que competir no es lo principal, sino fortalecer al distrito de Tierras Altas como destino con paisajes privilegiados, buen clima y una belleza natural incomparable. No en vano, han decidido iniciar una campaña de promoción en la que el eslogan es ‘sale el sol en Tierras Altas, venga a divertirse en la naturaleza’.
