Se cumplen 25 años de la muerte del pintor español Joan Miró, uno de los grandes genios del surrealismo, que sorprendió a media tarde a una España que celebraba la Navidad.
“Desaparece uno de los héroes de la pintura del siglo XX”, lamentó el poeta Rafael Alberti. Su pérdida, que ocurrió un 25 de diciembre, suscitó también pesar fuera del ámbito de la cultura y de las fronteras de su país.
Y es que Miró fue uno de los artistas internacionales más importantes del siglo pasado. Su obra fue decisiva para muchos de los que lo siguieron. Y su carrera artística transcurrió en parte en el extranjero, como en el caso de otros del arte español.
Dibujos, pinturas, grabados, litografías, esculturas, collages, tapices, Miró cubrió todos los campos de la expresión plástica, en la que siempre mantuvo una íntima relación con el campo catalán y las tierras mallorquinas, retratando sus objetos y colores.
Su obra fue precursora, luminosa y universal y en ella apeló a los elementos primordiales de la condición humana.
Influido por el impresionismo, el expresionismo, el cubismo y el futurismo, configuró después un lenguaje rigurosamente personal.