Canadá confirmó ayer que no apoyaría la extensión del Protocolo de Kyoto más allá de 2012, uniéndose a Japón y Rusia en el rechazo de una nueva ronda del pacto climático sobre emisiones.
El actual Protocolo de Kyoto limita solo las emisiones de países industrializados en el período 2008-2012. Las economías pobres y emergentes quieren extender el pacto, llevando a un estancamiento las conversaciones climáticas de Naciones Unidas del 6 al 17 de junio en Bonn, Alemania.
La confirmación deja claro que Canadá está siguiendo la línea que el partido gobernante fijó antes de las elecciones del mes pasado.
“Ahora que hemos terminado nuestras elecciones podemos decir que Canadá no va a fijar metas bajo un segundo período de compromiso del Protocolo de Kyoto”, dijo Judith Gelbman, miembro de la delegación de Canadá, en una sesión de negociaciones.
Canadá había dicho previamente que no podría cumplir las reducciones de emisiones a las que se había comprometido en la primera ronda de Kyoto, lo que enfureció a ambientalistas y países en desarrollo.
La principal funcionario del clima de la ONU, Christiana Figueres, dijo el lunes que sería difícil lanzar un pacto que suceda a Kyoto a fines del próximo año, pues aunque los países se pongan de acuerdo deberán someterlo a la aprobación de sus parlamentos en un lento proceso de ratificación.
Las conversaciones en Bonn estaban casi estancadas ayer sobre qué asuntos incluir en la agenda de la reunión y también sobre la vieja disputa sobre si extender o no el protocolo.
Las emisiones globales de carbono subieron el año pasado a su ritmo más rápido en más de cuatro décadas, hasta cerca de un 6% o casi el doble de la tasa anual de aumento de la década pasada, según datos de la petrolera BP. La segunda ronda de conversaciones de la ONU sobre el cambio climático comenzó el lunes.
