Israel celebró ayer el 70º aniversario de su creación exhibiendo su potencia militar y su improbable éxito económico, en medio de desafíos económicos y de seguridad.
En una ceremonia en Jerusalén, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, alabó a quienes llamó los “verdaderos gérmenes de la paz” que, según él, empezaban a crecer en algunos países árabes.
Aparte de Egipto y Jordania, y pese a las señales de convergencia, Israel no ha hecho las paces con sus vecinos árabes, mientras que una solución al conflicto israelo-palestino parece lejana.
El aniversario coincide con “la marcha del retorno”, un movimiento organizado desde el 30 de marzo en la franja de Gaza.
El ministerio de Defensa israelí aseguró que se había descubierto un “potente artefacto explosivo”, supuestamente destinado a un atentado durante las fiestas israelíes, en un camión palestino interceptado entre Cisjordania ocupada e Israel.