Cuando se evalúa el impacto que ha tenido la Covid-19 por grupo poblacional en el país, no se pueden pasar por alto las comarcas indígenas, donde están los mayores niveles de pobreza del país.
Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) refleja —hasta el pasado 30 de octubre— cómo la Covid-19 afectó las poblaciones indígenas, tanto en el país como en América.
Según el documento, el mayor incremento relativo de casos durante los últimos meses en estas poblaciones se observó en Guatemala y Canadá, mientras que el mayor aumento en defunciones está en Suriname y Canadá.
Sin embargo, Estados Unidos es el país con más casos de la Covid-19 entre su población indígena, con 267 mil 593 positivos en pandemia; luego se encuentra Colombia, con 70 mil 902 contagios, y en tercer lugar está Chile, con 68 mil 425.
Desde que comenzó la pandemia, en Panamá se han contagiado unos 6 mil 918 indígenas, de los cuales 123 fallecieron, es decir, murió casi un 2% de los contagiados. Esta cifra ubica a Panamá en la posición número 10 de entre 18 países de la región con más casos entre su población indígena.
En palabras del epidemiólogo Arturo Rebollón, los pueblos indígenas son poblaciones vulnerables a todo nivel y son muy frágiles, por lo que cuando se combinan temas como falta de trabajo, problemas de salud y Covid-19, siempre habrá problemas en la población.
“Es sencillo, se trata de una población que es pobre y que tiene que aislarse debido a la pandemia. El resultado es que el impacto será mayor”, indica el especialista.
Reportes de la Contraloría General de la República y del Ministerio de Economía y Finanzas indican que los corregimientos más pobres del país están en áreas indígenas, como las comarcas Ngäbe Buglé, Guna Yala y la Emberá Wounaan.
En ese contexto, Rebollón manifestó que el mensaje de prevención contra la Covid-19 no debe ser igual para todo el mundo, debido a que en las comarcas tienen sus propias costumbres. “Por ejemplo, allí tienen sus propios grupos religiosos y rechazan los tratamientos, por lo que si no se transmite bien el mensaje, el impacto será desastroso. Además, no podemos permitir que estas poblaciones resulten dañadas, ya que no solo se eliminan personas sino centros de cultura”, concluyó el epidemiólogo.
Los cercos
Otros expertos en el tema, como Jorge Luis Prosperi, especialista en salud pública, han planteado que se trata de población donde es difícil brindar atención, porque muchos viven en áreas de difícil acceso y, además, por temas culturales algunos rehúsan utilizar la medicina occidental.
Varios de los clusters o rebrotes que se han reportado en el país ocurrieron en comunidades indígenas. Tal fue el caso de Koskuna, en Veracruz.
Allí, el Ministerio de Salud (Minsa) declaró una medida de cerco sanitario en abril de 2020, cuando en la comunidad se reportaron 101 casos del nuevo coronavirus.
Igualmente, este año, el Servicio Nacional Aeronaval trasladó a 24 pacientes contagiados de Covid-19 de la comunidad de Ailigandí, en la comarca Guna Yala, a la capital, donde fueron alojados en un hotel hospital, con el fin de que cumplieran su cuarentena bajo vigilancia médica.
Estas personas decidieron de manera voluntaria ser parte del programa de vigilancia médica del Minsa; en esa comunidad guna se estableció un cerco sanitario debido al incremento de casos.
Además, el Minsa dio cuenta, en marzo de este año, de rebrotes en fincas agrícolas en Chiriquí, donde trabajan indígenas ngäbes.
Para el dirigente indígena Ricardo Miranda, presidente del Consejo Nacional de Jóvenes de la comarca Ngäbe Buglé, si bien personal del Ministerio de Salud ha visitado comunidades de la región, una buena parte de la población prefiere tratarse con la medicina tradicional.
También recordó que los lugares donde se brinda atención a los ngäbe siguen estando en abandono y no cuentan con los servicios básicos o medicamentos.
“La medicina occidental no ha jugado un papel determinante para nosotros, porque además en los puestos de salud tampoco hay insumos”, acotó
Otros países
De acuerdo con el informe de la OPS, otros países que tienen altas cifras de contagio entre su población indígena son Brasil, con 54 mil 351 casos, seguido de México, con 33 mil 646, y Perú, con 30 mil 947.
Según el organismo internacional, desde enero de 2020 hasta el 28 de octubre de 2021 se notificaron, en pueblos indígenas de América, 665 mil 6 casos confirmados acumulados de Covid-19, incluidas 16 mil 430 defunciones.