El desarrollo de la vacuna contra la enfermedad Covid-19, específicamente para controlar la transmisible variante Ómicron, en adultos de hasta 55 años, es una muestra de cómo evolucionan las vacunas a través del tiempo.
Este martes las farmacéuticas Pfizer y BioNTech informaron sobre el inicio de ensayos clínicos para producir su nueva vacuna contra dicha variante, argumentando que si bien los datos actuales mostraban que los refuerzos de la vacuna original protegen contra formas graves de Ómicron preferían “actuar por precaución”.
En ese contexto, precisaron que en el ensayo participarán mil 420 personas de entre 18 y 55 años, y que los voluntarios serán divididos en tres grupos. El primer grupo es de personas que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech entre 90 y 180 días antes de la inscripción en el ensayo clínico, y recibirán una o dos dosis de la vacuna contra Ómicron.
El segundo grupo incluye personas que recibieron tres dosis de la vacuna actual entre 90 y 180 días antes del estudio; y recibirán otra dosis de la vacuna contra Ómicron. El último grupo consta de personas que nunca fueron vacunadas contra la Covid-19 y que recibirán tres dosis de la vacuna contra Ómicron.
La lectura
Para el exdirector del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud Javier Nieto, las vacunas que se están utilizando en el país, entre esas la de Pfizer/BioNTech, han demostrado efectividad contra la forma grave de la enfermedad y la muertes generada por la Covid-19.
En el caso de la nueva vacuna contra Ómicron subrayó que desde un punto de vista de salud pública se trata de un biológico enfocado en prevenir los contagios. “Si se hace una vacuna que disminuya o controle los contagios creo que ayudaría”, acotó.
En palabras de Nieto, la población no tiene que preocuparse por este tipo de ensayos clínicos vinculados a la Covid-19 y el desarrollo de nuevos tratamientos, ya que la “ciencia es dinámica” y quizás en un futuro las vacunas de primera generación sean reemplazadas por otras de segunda generación.
Usó como ejemplo la vacuna contra el neumococo, bacteria causante de infecciones respiratorias muy frecuentes y leves (otitis, sinusitis) y de infecciones poco frecuentes y graves, potencialmente mortales (meningitis, septicemia, neumonía) en todas las edades, especialmente en lactantes, niños pequeños y ancianos.
De acuerdo con el científico, en el caso del neumococo ya hay vacunas de segunda y tercera generación, con lo cual lo que sucede con el tema Covid-19 y la vacuna contra la Ómicron no es nuevo.
“Las vacunas evolucionan en el tiempo. Cuando haces una vacuna enfocada en una variante tendrá un impacto mayor en términos de salud pública”, concluyó.
El infectólogo, pediatra e investigador clínico Xavier Saéz-Llorens dijo, en relación con la reformulación de la vacuna para la variante Ómicron, que no está muy seguro de que se necesitará porque ola generada por esta nueva variante debe ser transitoria, y también porque las fórmulas originales protegen contra Ómicron y la enfermedad grave, sobretodo tres dosis en personas de riesgo.
El especialista también recordó que la infección causada por Ómicron, aún más leve, refuerza la inmunidad híbrida contra las variantes anteriores y muy probablemente contra las venideras.
Varias dosis
Saéz-Llorens también se refirió ayer al tema de las dosis y resaltó que la gran mayoría de las vacunas requiere varias dosis en el esquema primario inicial, con potenciales refuerzos, y que tampoco previenen 100% la transmisión del microbio.
“Para los incautos e incluso profesionales de la salud que se extrañan de que las vacunas Covid-19 requieren tres dosis en su esquema primario, con potenciales refuerzos, pues solo vean las vacunas con similar o superior cantidad de dosis que reciben los niños en el mundo y casi ninguna previene 100% transmisión (infección banal), pero protegen contra enfermedad grave, muerte o secuelas permanentes a lo largo de la vida”, acotó.
Sobre si es necesaria una vacuna para prevenir específicamente a Ómicron, organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantean que “es necesario seguir investigando para comprender mejor el potencial de escape inmunológico de Ómicron frente a la inmunidad inducida por vacunas e infecciones”.
Para tener éxito en la producción de las mejores vacunas, la OMS considera que es necesario que tanto ellos como sus grupos de expertos, los organismos de reglamentación y los fabricantes de vacunas contra la Covid-19 colaboren e intercambien información.