Las palabras como “mota”, “tacha” o “bazuko”, claves para referirse a diversas drogas, “buchón”, que describe al narco novato y ostentoso, o “encobijado”, que alude a un cadáver envuelto en mantas, salen del mundo del narcotráfico para instalarse en las páginas del Diccionario del Español de México.
El prestigioso Colegio de México prepara la segunda edición de este diccionario que incluirá la jerga de las drogas que se ha ido tejiendo durante décadas entre adictos, capos, autoridades y prensa hasta masificar algunos términos a fuerza de utilizarlos en medio de la violencia del narcotráfico que sacude al país.
“Este crecimiento tan grave de la drogadicción en México ha producido un vocabulario nuevo y nuestra obligación es incluirlo”, comentó el lingüista Luis Fernando Lara, investigador del Colegio de México y autor del Diccionario, proyecto que empezó en 1972, para lanzar su primera edición en 2010.
Poco preocupado por el riesgo de ser criticado por incluir el vocabulario del mundo del crimen, Lara se ha lanzado a investigar el lenguaje de las drogas para plasmarlo en este diccionario, el único concebido para expresar la historia y cultura de México.
“Tenemos que pensar qué va a pasar con los lectores de nuestro diccionario dentro de 100 años, que van a encontrarse con un periódico mexicano en donde sale este vocabulario y si no lo registramos nosotros, ¿quién lo va a entender”, explica.
El lingüista investiga en periódicos, reportes policiales o informes médicos de décadas atrás, pero se sumerge en plataformas mediáticas para alimentar esta segunda edición, a publicarse en 2017 con 7 mil palabras adicionales a las 25 mil de la primera.