El gobierno de Panamá y Estados Unidos de América (EUA) firmaron este miércoles 9 de abril un memorando de entendimiento que sella una nueva etapa de cooperación en materia de seguridad y defensa, en momentos en que Washington insiste en que el Canal de Panamá opera bajo influencia de China, asunto que las autoridades panameñas niegan de manera rotunda.
El acuerdo se concretó en el marco de la visita a Panamá del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, y contempla aspectos clave como el aumento de la presencia militar rotativa de largo plazo en el país, el establecimiento de una escuela de selva en la antigua base de Sherman, en Colón, y nuevas instalaciones en el área de Rodman, en la entrada pacífica del Canal.
Sherman, ubicada en la ribera atlántica, funcionó durante décadas como centro de entrenamiento en operaciones de selva. Rodman, por su parte, era la base naval desde donde operaban buques estadounidenses en el Pacífico.
Ambas instalaciones fueron revertidas a Panamá en 1999 tras la salida definitiva de las tropas estadounidenses, como parte de los tratados Torrijos-Carter.
Ahora, 25 años después, Estados Unidos, con el segundo gobierno de Donald Trump, regresa a esos mismos espacios, pero bajo un nuevo discurso: cooperación en seguridad, lucha contra amenazas transnacionales y protección del Canal.
Sherman, por ejemplo, inició operaciones en 1914 como parte del complejo de fortificación de defensa costera para la defensa del Canal de Panamá; era una especie de contraparte atlántica del fuerte de Kobbe. Fue una de las tres primeras instalaciones previstas para la defensa portuaria del Canal.

El memorando de entendimiento fue firmado por Hegseth y el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, en medio de la Conferencia de Seguridad de Centroamérica que se desarrolla en el hotel Hilton, en la capital panameña, evento en el que participan países de la región y el Caribe.
Canal, soberanía y el mensaje a China
Durante una conferencia de prensa conjunta, Hegseth dejó claro que el memorando también apunta a reforzar las capacidades de disuasión ante amenazas en las cercanías del Canal de Panamá, aunque aseguró que todo se hará “en respeto al tratado de neutralidad” que rige sobre la vía interoceánica.
“No estamos hablando de intervencionismo, sino de una colaboración conjunta, hombro con hombro”, afirmó el jefe del Pentágono, intentando despejar los temores sobre una eventual militarización del Canal.

Hegseth incluso aludió a las declaraciones del presidente Donald Trump sobre “recuperar” el Canal, explicando que ese mensaje debe entenderse como una reafirmación de la alianza estratégica entre ambos países. “Somos socios y haremos esfuerzos para mantener su seguridad”, subrayó.
El funcionario fue directo al mencionar a China como el principal adversario en la región. “Queremos disuadir la presencia maliciosa de China en nuestro patio trasero, pero no queremos conflictos”, dijo. “Lo que buscamos es que la influencia de China no siga echando raíces y se les expulse del Canal de Panamá”.
Estados Unidos insistentemente ha alimentado la narrativa de supuestas inversiones y vínculos crecientes de empresas chinas con el área del Canal y sus alrededores, un tema que ha sido motivo de roces diplomáticos en los últimos cuatro meses.
Darién, migración y despliegue
El secretario de Defensa también elogió la labor de las autoridades panameñas en el control migratorio en Darién, calificando como “increíble” la reducción del flujo de migrantes irregulares por esa zona selvática.
Como parte de este nuevo acercamiento, Hegseth anunció que este verano un buque de guerra estadounidense estará en Panamá para reforzar la colaboración bilateral, y recordó que dos embarcaciones de su país ya participan en los ejercicios militares conocidos como Panamax 2025.
“Estamos buscando la paz a través de la disuasión, para evitar las prácticas desleales que se han usado por parte de China”, reiteró.
Panamá aclara: no son bases militares
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, negó que el acuerdo contemple la instalación de bases militares permanentes o sitios de defensa estadounidenses en territorio panameño. Explicó que se trata de cooperación en seguridad, intercambio de información e infraestructura con fines de entrenamiento y combate a amenazas comunes.
Ábrego insistió en que Panamá no renunciará a su soberanía y que Estados Unidos reconoce esa posición. Señaló que el acuerdo busca fortalecer la capacidad de respuesta panameña ante amenazas transnacionales como el crimen organizado, el narcotráfico y los ciberataques.
“Ningún país puede enfrentar solo estas amenazas externas”, dijo. “La inteligencia compartida y oportuna es la herramienta más efectiva para anticiparse y neutralizarlas”.
El presidente José Raúl Mulino actuó como testigo de honor de la firma del convenio.