La Fiscalía Superior de Liquidación, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf) y la Comisión de Desaparecidos del 20 de Diciembre entregaron este miércoles a sus familiares los restos óseos de cuatro personas desaparecidas durante la invasión militar de Estados Unidos a Panamá, en diciembre de 1989.
Se trata de Dídimo Miranda, Ricardo Aurelio Arana Riquelme, Ramón Alberto Núñez y Yervín José Paruta Ávila, todos reportados como muertos o desaparecidos por sus familiares tras los hechos del 20 de diciembre de aquel año.
La fiscal Geomara Guerra explicó que aún permanecen 73 cuerpos por exhumar en el cementerio Jardín de Paz, sitio donde se han realizado la mayoría de las exhumaciones, y anunció que ha solicitado al Tribunal Superior de Liquidación de Causas Penales la reapertura de 24 expedientes cerrados previamente por falta de pruebas. Estos corresponden a investigaciones de personas desaparecidas durante la invasión.

El antropólogo forense del Imelcf, Adán Hernández, detalló que los trabajos de identificación resultaron altamente complejos debido al grado de degradación de los cuerpos, consecuencia de las condiciones de humedad y temperatura en las fosas comunes. Recuperar ADN fue una tarea difícil, señaló. También destacó que la identificación fue posible gracias al trabajo conjunto de expertos del Imelcf y de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), donde se realizaron los cotejos genéticos con muestras de familiares.
La última persona identificada mediante pruebas de ADN fue el estudiante universitario Alejandro Antonio Hubbard Torrero, también reportado como desaparecido por sus familiares tras la invasión.
El procurador general Luis Carlos Gómez expresó que el Ministerio Público está comprometido con concluir el proceso de identificación de víctimas y reconoció el trabajo técnico y sostenido del Imelcf y de la Fiscalía Superior de Descarga.
Felicidad Ayola, del Comité de Desaparecidos del 20 de Diciembre, subrayó que esta labor ha sido producto del esfuerzo de muchas personas e instituciones a lo largo de varios años, y que en más de una ocasión enfrentaron dificultades por falta de recursos. “Pero con mucha dedicación se ha logrado cristalizar”, dijo.
Un trabajo contra el olvido
La invasión militar de Estados Unidos a Panamá, ocurrida el 20 de diciembre de 1989, marcó uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente del país. La operación Causa Justa —que incluyó el despliegue de más de 25 mil soldados— tuvo como objetivo capturar al general Manuel Antonio Noriega, entonces jefe de las Fuerzas de Defensa, acusado de narcotráfico. Sin embargo, el saldo fue mucho más amplio: cientos de muertos, miles de heridos y una estela de destrucción, especialmente en zonas como El Chorrillo, bombardeado durante la madrugada.
Aunque el gobierno estadounidense reconoció 516 muertes, fuentes panameñas y organismos de derechos humanos elevan esa cifra a más de mil. A más de tres décadas del suceso, las heridas siguen abiertas: decenas de familias aún no saben dónde están sus seres queridos. La Comisión del 20 de Diciembre, creada en 2016, ha impulsado gestiones judiciales y periciales para identificar los cuerpos sepultados en fosas comunes tanto en el Jardín de Paz como en la provincia de Colón.