El Elefante en la Habitación: Mulino, Martinelli y la Reforma a la Caja de Seguro Social



“Votar por Mulino es votar por Martinelli”. Ese fue el eslogan que llevó al actual presidente al poder con el 34% de los votos. Esa noche del 5 de mayo, José Raúl Mulino prometió “abrir las llaves de los candados de la justicia”, mientras sus seguidores gritaban eufóricos “libertad” en alusión al expresidente condenado.

Cómo era previsible, la lealtad a Martinelli chocó muy pronto contra la capacidad de gobernar con autonomía y ostentar credibilidad a nivel internacional. La historia ya la conocemos.

Mulino empezó a marcar distancia con nombramientos como el de Felipe Chapman y otras movidas políticas, pero la compleja relación con el exmandatario asilado en la Embajada de Nicaragua se ha mantenido como una tensión latente. Algo así como la metáfora de “el elefante en la habitación”, tan grande que es imposible no verlo, pero tan incómodo, que es mejor no mencionarlo. Hasta ahora.

El detonante fue el pronunciamiento de la bancada RM en contra del proyecto más importante del quinquenio: la reforma a la Caja de Seguro Social (CSS). Mulino respondió de forma indirecta, colgando en su cuenta de X un comunicado de los bancos estatales, que cuestionaban la propuesta de los diputados gobiernistas. El viaje a Uruguay lo salvó de tener que dar la cara en la conferencia de prensa semanal. Felipe Chapman en cambio, sí disparó directo al elefante. Acusó a Ricardo Martinelli de estar detrás de la rebelión legislativa, de sembrar el caos en el país con respecto a la reforma y de ser un mitómano.

El Elefante en la Habitación: Mulino, Martinelli y la Reforma a la Caja de Seguro Social
Combo de imágenes del expresidente panameño Ricardo Martinelli y Felipe Chapman, ministro de Economía y Finanzas.

Cómo sucede con todo lo que involucra a una figura tan polarizante como Martinelli, las redes se llenaron tanto de ataques como de aplausos. La realidad es que Chapman tuvo la valentía de decir varias verdades, pero omitió una: el gobierno para el que trabaja llegó al poder con los votos del que se acusó de mentir rampantemente.

No es casual que el expresidente aproveche esta coyuntura para recordarle a Mulino de dónde viene su capital político. Y es que al gobierno se le ve cada día más enredado y acorralado en su defensa de la reforma a la seguridad social.

Entre la insistencia de la fecha límite, la amenaza del recorte a las pensiones, y las declaraciones arrogantes e incongruentes, la confianza ciudadana en el proyecto se ha esfumado. Eso tiene consecuencias políticas. Los diputados lo pensarán dos veces antes de apoyar medidas que no son populares y que no han sido acompañadas con el debido sustento numérico que tanto pregona el Ejecutivo.

Independientemente de cuán real o exitosa sea la presión de Martinelli, lo cierto es que el gobierno se ha hecho vulnerable a las agendas políticas, a los ataques personales y al “que hay pa´ mi” de siempre. El presidente Mulino necesita reencaminar el debate, repensar los tiempos y recuperar la credibilidad en el proyecto. El futuro de la CSS es demasiado importante, para terminar enredado en una maraña de intereses y egos.


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