La historia de Bayano comienza con un grupo de africanos que fueron esclavizados por los españoles para venir a América.
Fueron puestos en un barco negrero (en condiciones de maltrato e insalubridad) con dirección a Panamá. Sin embargo, el barco en el que estaban tuvo desperfectos y encalló en una costa cercana a Darién.
Los africanos que ahí estaban salieron huyendo para la jungla y se organizaron para crear una comunidad de esclavos libres, lo que le llamamos un “palenque”.
De ahí escogieron a un rey. Un africano que hablaba español llamado Bayano.
Esta comunidad, o mejor dicho, el reinado de Bayano, creció tanto en tamaño como en población, hasta conformarse por varios palenques y viviendas.
Contaban con fortificaciones para los hombres guerreros y con una estructura oculta destinada a proteger a los niños, las mujeres y los ancianos.
Su extensión era grande, cubría gran parte del Darién. Eran cientos de esclavos libres (cimarrones) que Bayano tenía a su cargo.
Bayano y sus guerreros atacaban a los españoles en las rutas que ellos utilizaban para ir del Atlántico al Pacífico y de ahí al Virreinato Español del Perú. Panamá formaba parte del Virreinato Español de Nueva Granada.
Cuando los ataques de Bayano y sus guerreros comenzaron a afectar la mercancía que llegaba al Virreinato del Perú, la Corona española intentó lanzar ofensivas contra él y su gente, pero nunca lograron derrotarlo.Bayano lideró la rebelión de cimarrones más grande de su época; de hecho, a ese periodo se le conoce como las guerras de Bayano.
Finalmente, el virrey del Perú envió al capitán español Pedro de Ursúa para que se encargara de Bayano y su comunidad. Ursúa logró conversar con él y le propuso unos acuerdos de paz. Incluso le prometió dividir Panamá en dos territorios: uno español y otro bajo el reinado de Bayano, además de garantizar la libertad para su pueblo.
Bayano aceptó, pero al acudir a sellar el acuerdo fue traicionado. Lo capturaron junto con algunos de sus hombres.
No lo ejecutaron, pero a cambio de liberar a su gente, fue exiliado. Primero lo llevaron al Virreinato del Perú y luego a España, donde vivió el resto de sus días hasta su muerte.
Aunque Bayano murió en el extranjero, en Panamá nació como símbolo de resistencia. Un río, un lago, una hidroeléctrica, unas cuevas y un parque con una placa son lo que nos queda para recordar al rey africano que nunca fue derrotado.
Un abrazo, y nos vemos en el siguiente Frentiao.