El estado de Nueva York quiere levantar la primera nueva planta nuclear en Estados Unidos (EUA) en 15 años, según ha explicado la gobernadora del territorio, Kathy Hochul, en una entrevista publicada este lunes por el diario The Wall Street Journal.
El proyecto planteado por la gobernadora demócrata serviría a su vez para sondear el compromiso del Gobierno del presidente Donald Trump con la industria atómica, ya que el republicano ha firmado órdenes ejecutivas el pasado mayo destinadas a impulsar este tipo de energía en el país.
Hochul dice en la entrevista que ha ordenado a la empresa eléctrica estatal producir al menos 1 gigavatio adicional de electricidad a partir de energía nuclear.
Esto supondría la construcción de una gran planta de nueva generación que sumaría una capacidad importante a los aproximadamente 3 gigavatios (lo que garantiza el suministro para unos tres millones de hogares) que Nueva York ya produce a partir de los cuatro reactores que actualmente tiene operativos en las tres plantas nucleares en su territorio: Nine Mile Point, James A. FitzPatrick y R.E. Ginna.
En la entrevista, Hochul dice que se asegurará “de que todas las empresas que quieran venir a Nueva York y todos los que quieran vivir aquí nunca tengan que preocuparse por la fiabilidad y asequibilidad” de su factura eléctrica.
La localización de la futura nueva planta se está revisando, según Hochul, e incluye la posibilidades de ampliar las tres plantas existentes y de, o bien construir un solo reactor de gran capacidad, o bien varios de menor tamaño.
El cierre en 2021 de Indian Point, la cuarta planta atómica que había en Nueva York, ha obligado al estado a depender en mayor medida de los hidrocarburos para la generación eléctrica.
De hacerse realidad, el proyecto neoyorquino supondría la aprobación de los primeros nuevos reactores en el país desde las unidades de fisión 3 y 4 de la planta de Vogtle, que se comenzaron a construir en 2009 en el estado de Georgia.
El proyecto implicaría un importante paso para la industria nuclear en EUA, que ha tenido que hacer frente a las reticencias generadas por el accidente en la central japonesa de Fukushima Daiichi en 2011, en un momento en el que el Gobierno Federal ha prometido acelerar nuevos proyectos en este ámbito.
Las órdenes ejecutivas firmadas por Trump en mayo buscan simplificar la concesión de permisos, el desarrollo de nuevos tipos de reactores compactos, incrementar la producción de combustible o aumentar las exportaciones del sector.