Hambre y apagones en Cuba: por qué en Bayamo se ‘tiraron a la calle’

Hambre y apagones en Cuba: por qué en Bayamo se ‘tiraron a la calle’
Fotografía de archivo en donde se ve un auto que transita por una calle durante un apagón en Cuba. EFE/ Ernesto Mastrascusa

Apagones de hasta treinta horas y falta de comida. Por ese motivo, decenas de vecinos de Bayamo se “tiraron otra vez a la calle” las últimas dos noches, explica a EFE una pobladora de esta histórica ciudad de unos 200,000 habitantes en el extremo oriente de Cuba.

“Nunca Bayamo, desde el 11 de julio, yo lo había visto como está ahora”, dice esta mujer —que pide mantener su nombre en el anonimato—, en referencia a la situación de crisis que llevó a las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, las mayores en el país en décadas.

Según múltiples relatos coincidentes, en la noche del jueves al viernes la protesta surgió en el barrio Latinoamericano y al día siguiente la manifestación partió del reparto Rosa La Bayamesa, donde decenas de personas salieron a protestar en la más absoluta oscuridad, marchando por las calles de su municipio, entre gritos y golpes de cazuelas.

Las inusuales protestas transcurrieron sin incidentes, pese a que las autoridades desplegaron por la zona agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y miembros de las Tropas de Prevención de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), conocidos como “los boinas rojas” por este atuendo característico.

De hecho, la manifestación que partió de Rosa La Bayamesa fue detenida a la altura del puente que conecta a las barriadas de la circunvalación con el centro de la ciudad, cerca del cementerio. La marcha procedente del Latinoamericano también fue interceptada por efectivos de las fuerzas de seguridad.

“No hubo golpes y no se llevaron a nadie”, dice la mujer, quien, sin embargo, está convencida de que el Gobierno se sostiene únicamente por la represión. Al poco de iniciarse las protestas, la conexión a internet se interrumpió en toda la ciudad: “La quitaron, no había nada de cobertura”.

Apagones y hambre

“Todo está relacionado con el tema alimentos y la corriente, (...) falta lo básico”, denuncia.

De un lado, los alimentos subvencionados por la cartilla de racionamiento han caído a mínimos —por la falta de divisas del Estado para importarlos— y el poder adquisitivo de la mayoría se ha derrumbado con la inflación y la depreciación del peso cubano en el mercado informal.

“El pueblo está pasando hambre. Eso te lo puedo asegurar”, afirma esta pobladora de Bayamo, la ciudad donde se entonó por primera vez el himno nacional en 1868, durante las luchas independentistas.

Luego están los apagones. “Son 18 (horas de apagón) para tres horas de corriente... y realmente esas 18 son 24, 27 y hasta 30 horas sin fluido eléctrico”, se lamenta. En esas condiciones, explica, la comida se echa a perder en los hogares, dormir es casi imposible y la vida entera se paraliza. “Ayer (viernes) muy pocos niños fueron a la escuela”, añade.

“Eso es por lo que Bayamo se ha tirado una vez más a la calle. Ya es demasiado el abuso. La situación es bastante deplorable. Es muy triste lo que se está viviendo, da lástima”, dice.

En los últimos días, se han reportado en redes sociales manifestaciones similares en Jabaquito (este), Manzanillo (este), en zonas de Santiago de Cuba (este) y en la capital de la provincia de Pinar del Río (extremo oeste). Hasta el momento no ha habido testimonios de detenciones durante estas protestas.

Cuba lleva inmersa desde hace años en una grave crisis. La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y políticas económicas y monetarias fallidas han agudizado desequilibrios estructurales de la economía nacional.

A la escasez de básicos (alimentos, agua corriente, medicinas, gas, combustible), la elevada inflación y la depreciación del peso se suman en los últimos meses la creciente dolarización del país y el recrudecimiento de la crisis energética, con prolongados cortes eléctricos diarios y hasta cuatro apagones nacionales.

Los cortes eléctricos son percibidos por los expertos como catalizadores de las principales protestas antigubernamentales de los últimos años, que siguen siendo inusuales, incluidas las del 11 de julio de 2021, las de La Habana y Nuevitas en agosto de 2022 y las del 17 de marzo del año pasado en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.


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