El austriaco Felix Baumgartner, quien en su día batió el récord mundial de salto en paracaídas desde el límite inferior del espacio, murió este jueves en un accidente de parapente motorizado en Italia.
El exmilitar de 56 años cayó al suelo cerca de la piscina de un hotel mientras sobrevolaba el pueblo de Porto Sant’Elpidio, en la región de Las Marcas, en el este del país europeo.
El alcalde local, Massimiliano Ciarpella, dijo que los primeros indicios sugieren que pudo haber sufrido un problema médico repentino en pleno vuelo.
El temerario austriaco se hizo famoso mundialmente en 2012 cuando rompió la barrera del sonido en el salto en paracaídas más alto de la historia, saltando desde un globo a más de 39 km de altura en la estratosfera.
Tras su muerte, fue descrito como “un símbolo de valentía y pasión por los vuelos extremos” por el alcalde Ciarpella, quien ofreció las condolencias de su ciudad por su muerte.
Seguidores y aficionados a los saltos han dejado sus propios homenajes en una de las últimas publicaciones del paracaidista en redes sociales, un video en el que se le ve trabajando en el motor de su parapente.
En otra publicación, realizada alrededor de las 14:30 hora local (12:30 GMT), decía que había “demasiado viento” y mostraba una imagen de un cono de medición de viento en un cielo nublado.
Fearless Felix
Sus asombrosas acrobacias, particularmente arriesgadas, llevaron a este deportista extremo a ser conocido como “Fearless Felix” (Felix el valiente).
Nacido en Salzburgo, Austria, en 1969, comenzó a practicar paracaidismo cuando tenía 16 años, puliendo sus habilidades aeroacrobáticas en el equipo de demostración y competición del ejército austríaco.
En la década de 1990, pasó del paracaidismo tradicional al salto base, arrojándose desde objetos fijos y usando un paracaídas para amortiguar la caída.
En 1999 estableció uno de sus primeros récords al realizar el salto base más bajo del mundo, a 30 metros de altura en la mano de la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Ese mismo año, estableció el récord mundial del salto en paracaídas más alto desde un edificio, cuando se lanzó desde las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasia.

Luego, en 2003, completó un vuelo a través del Canal de la Mancha con un traje especialmente diseñado con alas de fibra de carbono.
Pero este deportista extremo era más conocido por su salto espacial.
En octubre de 2012, a sus 43 años, subió en un globo a 39 kilómetros de la superficie de la Tierra sobre Nuevo México (EE.UU.) y saltó, rompiendo el récord de la caída libre más alta de la historia.
Alcanzó una velocidad máxima de 1.342 km/h. Tardó poco menos de diez minutos en descender. Solo unos miles de metros al final del salto los descendió en paracaídas.
Una vez abajo, cayó de rodillas y levantó los puños en señal de triunfo. Los equipos de rescate en helicóptero llegaron momentos después.
“Déjenme decirles: cuando se está allí, en la cima del mundo, uno se vuelve muy humilde. Ya no pensaba en batir récords, ni en obtener datos científicos, lo único que quería era volver con vida”, declaró.
Con información de Jonathan Amos, corresponsal de Ciencia de BBC News.

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