Un total de 51 acusados comparecieron desde el lunes de de septiembre en Aviñón, Francia, en un juicio para dirimir su responsabilidad en las presuntas violaciones de una mujer que su marido les ofrecía drogada no para obtener beneficio económico, sino aparentemente por voyeurismo.
Entre 2011 y 2020, Dominique Pelicot, explicó a los investigadores que drogó de forma repetida a su esposa Gisèle Pelicot, hoy de 71 años, con ansiolíticos (sobre todo con Temesta, pero también con Zolpidem), porque le gustaba ver cómo la tocaban otros hombres.
El objetivo era, a través de esa sumisión química, poner a Pelicot en un estado de inconsciencia del que ella misma ni siquiera se acordara, para proponer a decenas de hombres que mantuvieran relaciones sexuales con ella.
⚖️ "La honte doit changer de camp": conformément au souhait de la victime, le huis clos a été refusé lundi à Avignon au procès du retraité accusé d'avoir drogué son épouse et recruté des dizaines d'inconnus sur internet pour la violer, pendant dix ans #AFPVertical ⤵️ pic.twitter.com/DueL7Pmvml
— Agence France-Presse (@afpfr) September 2, 2024
El matrimonio, que se conoció en 1971, se había trasladado en 2013, tras su jubilación, de la región de París a la localidad de Mazan en el departamento de Vaucluse. La aparente normalidad saltó por los aires, el 12 de septiembre de 2020, cuando el marido fue detenido por los vigilantes de un supermercado de la ciudad de Carpentras por haber filmado bajo las faldas de varias mujeres.
Los policías que analizaron su material informático para investigar esos hechos se encontraron con archivos de miles de fotos y vídeos en los que aparecía su mujer inconsciente y en los que se veían los abusos a los que había sido sometida.
A partir de ahí, en la fase de instrucción, se contabilizaron 92 violaciones y fueron identificados 50 hombres de diferente condición y que, según Dominique Pelicot, sabían que Gisèle estaba bajo los efectos de los medicamentos cuando tuvieron relaciones sexuales con ella.
Pocos de ellos, sin embargo, lo reconocieron ante los investigadores. La mayor parte alegaron que pensaban que la mujer se hacía la dormida. Pero, de acuerdo con las filtraciones a los medios, los vídeos dejan pocas dudas sobre esa cuestión.
Esto será una de los factores clave para determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los implicados en el delito de violación agravada, que está penado con hasta 20 años de cárcel.
En el examen psicológico que se le hizo al agresor, no se descubrió ninguna patología o anomalía mental, pero sí una desviación sexual voyeurista y “una personalidad perversa”.
A la víctima se le han diagnosticado cuatro enfermedades sexualmente transmisibles directamente imputables a las violaciones de las que no guardaba ningún recuerdo. Padece además, un fuerte estrés postraumático con pensamientos suicidas y ha solicitado su divorcio.
En cuanto al principal acusado, Dominique Pelicot, la incorporación de su ADN en los ficheros judiciales ha servido para relacionarlo e inculparlo por un asesinato de una mujer de 23 años en París en diciembre de 1991 y por una tentativa de violación de otra de 19 años en mayo de 1999 en la localidad de Villeparisis, a una treintena de kilómetros de la capital francesa.
La primera audiencia de este juicio, que debe prolongarse durante cuatro meses, comenzó por la mañana del pasado lunes 2 de septiembre en el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse con los encausados, que tienen entre 26 y 74 años.