Hoy la periodista Sabrina Bacal publicó un análisis sobre la política exterior panameña con Estados Unidos que recomiendo escuchar. Aquí comparto el link y posteriormente mis comentarios.
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Nuestras élites no salen del dilema. Siempre creyeron que eran “amigos especiales” de Estados Unidos, porque literalmente fuimos “colonia americana”. A muchos de ellos eso les ha dado siempre un sentido de que son superiores, por ejemplo, a las élites de Bolivia. Casi todos estudiaron allá y muchos se sienten gringos. Eso lo llevan en el ADN. Desde la invasión para acá esa actitud se ha expresado también con una simpatía fanática con el partido republicano, porque es el más “american” de los partidos. Como los nuestros adoran a los gringos, simpatizan con el “más gringo” de los partidos…
Sin embargo, ahora los mismos supuestos “hermanos iguales” como Trump, los tratan a ellos y a todos los panameños como unos seres inferiores, latinos subdesarrollados, sin identidad y sin orgullo. Nuestras élites están en una crisis existencial…. Se han dado cuenta que no era verdad el amor “especial” que supuestamente los gringos les tenían a ellos porque habían sido “compañeros de la Universidad”.
Como escribí en un artículo por allí: estaban enamorados solos.
Les cuesta mucho reconocer que el momento los obliga a enfrentar a ese sector político de Estados Unidos que siempre reverenciaron.
Por eso la incongruencia. Porque un día se sienten gringos republicanos y se toman fotos con Sola. Otro día se sienten panameños y ponen un post diciendo que los ataques de Trump y Rubio son mentira.
No es solo un tema de mala estrategia. Es una asunto también sicológico: una crónica falta de identidad. No saben ni qué son. Es como cuando estamos pagando en la farmacia con un billete de 20 dólares, pero le decimos a la señora que aquí le entrego 20 balboas. Los extranjeros no entienden eso.
Siempre pensaron que ser súbditos incondicionales del imperio americano, era perfectamente compatible con ser ciudadano de la clase dominante de Panamá. Pero estaban equivocados. Y el momento histórico los pilló descolocados.
Una cosa es entender que estratégicamente, culturalmente e históricamente nos ha convenido ser aliados de Estados Unidos, bajo el mutuo respeto. Yo estoy en esa posición….
Otra cosa muy distinta es creerte el cuento de que “somos iguales a ellos” o que “somos gringos aceptados como ellos”.
En esta última posición han estado un grupo muy importante y grande de nuestras élites. Y —por imitación— también un sector grande de nuestras clases medias.
Por eso hoy no saben qué son. Eso explica la parálisis de nuestra política exterior de hoy.
Para retomar el camino, lo primero que tenemos que hacer es aceptar la realidad y verdaderamente asumir el rol de ciudadanos de Panamá que queremos una relación amiga y de respeto con Estados Unidos. Hay que sacudirse del “complejo de gringos” que nos lastra.