Alarma injustificada: Panamá no enfrenta una amenaza militar inminente. Sin embargo, el comunicado está cargado de referencias a la seguridad, con un tono que sugiere un escenario de guerra. Esto revive la lógica de la “doctrina de seguridad nacional” que Estados Unidos aplicó en América Latina durante las décadas de 1970 a 1990, usada entonces para justificar dictaduras, incluida la de Noriega. Bajo ese enfoque, todo, incluso la democracia, quedaba subordinado a un concepto vago y secreto: la seguridad nacional. El énfasis del comunicado en supuestos riesgos busca preparar el terreno para alegar condiciones que permitan una eventual intervención militar en Panamá.
Violación constitucional: La Constitución prohíbe la existencia de un ejército en Panamá. Toda mención a ejercicios militares conjuntos o entrenamientos bélicos entre la Policía panameña y el Ejército de EE. UU. constituye una infracción directa y flagrante de nuestra Carta Magna.
Incumplimiento del Tratado del Canal: El Tratado de Neutralidad y Funcionamiento del Canal establece que todas las naves, incluidas las militares estadounidenses, deben pagar peajes. El comunicado viola esta disposición y compromete nuestra relación con el resto de los países usuarios del Canal, a quienes también debemos respeto.
Silencio inquietante sobre la soberanía: El comunicado omite toda mención explícita a la soberanía de Panamá sobre el Canal y sus áreas adyacentes. En cambio, habla de “lugares de uso conjunto”, como si EE. UU. pudiera ejercer atribuciones de soberanía sobre parte de nuestro territorio. Esto contradice tanto el Derecho Constitucional panameño como el Derecho Internacional Público.
Riesgo de retroceso histórico: Si estas situaciones se concretan, serían violaciones vergonzosas de la Constitución y de los Tratados Torrijos-Carter. El neocolonialismo está de vuelta. La generación actual de ciudadanos panameños tiene la responsabilidad histórica de defender lo que las anteriores conquistaron con sacrificio.
Los Mártires hablaron claro:
“Un solo territorio, una sola bandera.”
El autor es abogado.