Construyendo el futuro de Panamá con el LLAC

Ser parte del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana 2025, coorganizado por el Canal de Panamá y Jóvenes Unidos por la Educación, ha sido, sin duda, una de las experiencias más enriquecedoras y significativas de mi vida.

Desde el primer momento supe que no se trataba de una formación convencional. Este laboratorio ha sido un espacio profundamente humano, pensado para provocar una transformación real y duradera. Un espacio donde las ideas no solo se comparten, sino que se entrelazan; donde las experiencias personales se convierten en aprendizajes colectivos y donde los sueños encuentran un lugar desde donde volverse acción.

Durante estas semanas de trabajo, reflexión y convivencia, he comprendido con mayor profundidad que el cambio social no se construye desde el individualismo ni desde la imposición, sino desde el encuentro genuino entre personas diversas, con historias distintas, pero con el mismo deseo: construir comunidades más justas, inclusivas y resilientes. Fue un privilegio compartir este camino con jóvenes de distintos países de América Latina, provenientes de entornos urbanos, rurales e indígenas, cada uno con su propia realidad, pero todos con una voz poderosa y una mirada crítica sobre el mundo que habitamos.

Lo que realmente distingue al LLAC de otras experiencias formativas es su enfoque horizontal, transformador y centrado en lo humano. Aquí, cada voz importa. Aquí, las diferencias no dividen, sino que enriquecen. Aprendimos que la diversidad es nuestra mayor fortaleza y que solo trabajando desde la empatía, la escucha activa y el respeto mutuo podremos construir alternativas sostenibles a los desafíos que enfrentan nuestras comunidades.

Además de los conocimientos técnicos y las herramientas prácticas que adquirí sobre liderazgo, sostenibilidad, incidencia política y gestión de proyectos, lo que más me marcó fue el sentimiento de comunidad. Esta no fue una formación para crear proyectos aislados, sino para construir puentes, tejer redes y sembrar confianza. En cada conversación, en cada taller, en cada silencio compartido, se fue formando algo más grande: una red de afectos y colaboración que ahora siento como una segunda familia.

Cerrar este proceso con una ceremonia tan significativa fue un recordatorio poderoso de todo lo que hemos logrado juntas y juntos. Los reconocimientos recibidos son importantes, claro, pero lo que verdaderamente me mueve es saber que el impacto de este laboratorio trasciende lo personal. Nos llevamos una responsabilidad: la de seguir caminando, acompañando, soñando y construyendo con nuestras comunidades. Porque no se trata solo de haber vivido una experiencia transformadora, sino de convertirla en acción.

Con todo lo aprendido, tengo la firme convicción de seguir articulándome con otras personas del laboratorio para desarrollar un proyecto colectivo y sostenible que genere un impacto real en nuestros territorios. Mi intención es que lo aprendido no se quede solo en mí, sino que se comparta, se multiplique y se traduzca en procesos concretos que respondan a las necesidades urgentes de nuestras comunidades: acceso a oportunidades, justicia climática, inclusión social, participación ciudadana.

Quiero poner en práctica cada una de las lecciones que nos dejó este camino: desde el valor del trabajo colaborativo hasta la importancia de la incidencia local; desde la escucha a las comunidades hasta la implementación de soluciones que partan de sus propias voces y saberes. Aspiro a formar y acompañar a nuevas generaciones de liderazgos comprometidos con un futuro más justo, equitativo y sustentable.

Porque si algo me queda claro es que el cambio verdadero no llega desde arriba ni desde afuera, sino que nace cuando las personas se organizan, se reconocen y actúan juntas. El laboratorio fue un faro que nos guió, pero ahora nos toca a nosotros ser luz en nuestros territorios. Que lo aprendido no se apague: que se convierta en acción, en esperanza y en transformación.

Hoy más que nunca, hago un llamado a quienes creen en el poder de la ciudadanía activa: sigamos construyendo juntas y juntos. Que esta experiencia no sea un punto final, sino el inicio de una cadena de cambios que se multipliquen en todo Panamá. Somos muchas y muchos los que seguimos caminando, soñando y creando un futuro donde todas las voces cuenten.

La autora es egresada del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadano 2025.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Raúl Pineda y la Operación Jericó: el entramado de desvío de fondos en el CRU de San Miguelito. Leer más
  • Jubilados en Panamá: estos son todos los beneficios y descuentos que les otorga la ley. Leer más
  • PASE-U 2025: Lo que debes saber sobre el nuevo método de pago del Ifarhu. Leer más
  • Genaro López es llevado al Instituto de Medicina Legal para una evaluación. Leer más
  • Alcaldesa Irma Hernández responde a Revisalud por amenaza de suspender recolección de basura en escuelas oficiales. Leer más
  • Panamá inaugura un nuevo parque solar con inversión de 70 millones de dólares. Leer más
  • Vínculos familiares en el alquiler de radios digitales para la policía de la alcaldía de Mayer Mizrachi. Leer más