La curiosidad es ese deseo interno y espontáneo de comprender mejor tanto lo que ya conoces como lo que aún no sabes. La utiliza día tras día sin percatarte. Por ejemplo, desde querer saber cómo terminará el nuevo libro que compraste hasta si el número de lotería que tienes será el ganador. Pero la curiosidad va más allá de eso: es una actitud que ayuda a desarrollar un correcto pensamiento crítico y científico.
La Fundación Ciencia en Panamá, comprometida con impulsar la curiosidad científica, se planteó una pregunta fundamental para el desarrollo nacional: ¿Cómo podemos despertar la curiosidad por la investigación en la sociedad? Esta simple pregunta llevó a la creación de un programa gratuito titulado “De la Curiosidad a la Investigación”, cuyo objetivo fue canalizar la curiosidad innata hacia diversas áreas del conocimiento mediante el fomento del interés por la investigación. Se contó con el apoyo de 17 científicos, cuyas áreas giraban en torno a las ciencias de la salud, ciencias ambientales, ciencias sociales e ingeniería. Ellos compartieron sus experiencias, los resultados de sus investigaciones y ofrecieron consejos sobre cómo iniciarse en el mundo científico.
Además de su enfoque educativo, esta iniciativa tuvo también un impacto alineado con políticas públicas, a partir del Objetivo de Desarrollo Sostenible No.4, que busca garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje. Además, procuró impulsar la educación como transformador nacional como lo establece el capítulo 4 del Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2019–2024 de la Senacyt.
El programa superó todas las expectativas. Alcanzó un registro de más de 350 personas, entre estudiantes, académicos y profesionales. Se logró reunir participantes de todas las provincias y de las comarcas Ngäbe-Buglé, Guna Yala y Emberá-Wounaan. Asimismo, tuvimos la participación de personas de países como Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela.
El programa reveló el gran interés social por aprender sobre investigación, y la necesidad de más espacios que impulsen la curiosidad como principal motor del aprendizaje y formación de futuros científicos. Confiamos haber sembrado la semilla de la curiosidad científica en ellos, porque al final, los científicos no nacen sabiendo, sino preguntando.
La autora es farmacéutica, miembro de la Organización Panameña Antituberculosa (OPAT), e integrante de Ciencia en Panamá.