La corrupción en Panamá no es un fenómeno aislado ni exclusivo de ciertas instituciones; es un mal estructural que atraviesa al Estado y a la sociedad. Lo confirman los recientes casos en la Caja de Seguro Social y en la Dirección General de Ingresos. Funcionarios han sido procesados y hasta condenados por manipular sistemas, borrar deudas o vender favores. Sin embargo, lo que aún falta es transparencia plena: se señala a los funcionarios, pero rara vez se divulga quiénes son los particulares o empresas que se beneficiaron de estos actos. Y allí está la raíz del problema: la corrupción siempre necesita dos partes, el que ofrece y el que acepta. Mientras existan compañías y ciudadanos dispuestos a pagar por acciones ilegales, el ciclo continuará. Combatir la corrupción exige una estrategia que castigue con igual rigor a corruptos y corruptores, de lo contrario, solo se atacará la mitad del problema.
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Hoy por hoy: El ciclo de la corrupción
14 sep 2025 - 05:00 AM

