Cuando la política adopta posturas, inevitablemente encuentra reacciones y resistencia. No hay manera de participar sin enfrentar cuestionamientos. No hay manera de lograr cambios sin tomar acción. No hay manera de involucrarse sin cometer errores.
Hoy, muchos celebran los tropiezos de Vamos. Nosotros, en cambio, esperamos que estas dificultades sean una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. La esperanza en los jóvenes no debe desvanecerse por una diferencia mal manejada en el camino.
El desafío de transformar la política implica aprender a trabajar con las diferencias, no a anularlas. La ciudadanía les ha confiado una enorme responsabilidad y la barra está alta. Ojalá logren superar esta experiencia, fortalecerse y reafirmar su compromiso de cambiar la forma en que se hace política en Panamá.