No estamos ante un reclamo laboral. Lo que está en juego aquí es algo más inquietante: la incapacidad de discrepar dentro del movimiento sindical sin ser castigado. La suspensión de Julia Suira y Aniano Pinzón del Conato revela que, al parecer, el sindicalismo panameño se ha contagiado de lo que tanto denuncia: el pensamiento único. Su principal puntal se autodenomina “sindicato único” y promovió en 2022 una “mesa única” donde solo cabía una voz.
¿No se puede pensar distinto? ¿No es válido cuestionar los métodos y los fines? Imponer una postura a fuerza de bloqueos, sin respeto al derecho a la libre circulación, la salud o el trabajo, no le hace ningún favor a la supuesta defensa de la Caja de Seguro Social. Mucho menos cuando esa defensa se basa en una propuesta que ni siquiera garantizaba la sostenibilidad de la institución.
En algunos países, el partido único es sinónimo de autoritarismo. ¿Queremos replicar eso en el sindicalismo? ¿Se defienden los derechos… o se impone una línea?