Muchos hemos vivido el cáncer de cerca, si no en carne propia, en un ser querido. Una enfermedad devastadora, cuyos tratamientos son largos, costosos y a menudo tan duros como el diagnóstico mismo. A esto se suma el calvario de esperar horas, a veces de pie, en instalaciones sobrepasadas, con pocas sillas, sin transporte adecuado, ni espacios dignos, a pesar del cariño y entrega del personal médico.
Por eso, la apertura del Hospital de Cancerología en la Ciudad de la Salud representa un respiro para cientos de familias. En su primera fase, empezará atendiendo casos de cáncer de mama y próstata, que son la mitad de los diagnósticos. Pero más allá de las cifras, significa dignidad para personas como Edith Torrero, que hoy enfrenta por segunda vez esta batalla en un ambiente cómodo y moderno.
Aplaudimos esta iniciativa y confiamos en que se concrete pronto la torre de quimioterapia y las facilidades regionales prometidas. Porque la lucha contra el cáncer no debe ser también una lucha contra el sistema.