En Hamlet, el dramaturgo inglés Williams Shakespeare escribió: “Aunque esto sea una locura, aún así hay un método en ello”. En la creciente confrontación entre el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Panamá, se exhibe un alto grado de irracionalidad por parte del mandatario estadounidense, pero detrás de esa sinrazón también se evidencia una lógica o una forma de entender al mundo.
Stephen Kevin Bannon, mejor conocido como Steve Bannon es uno de los ideólogos más importantes de la ultraderecha internacional, y desarrolló un rol fundamental en el primer gobierno de Donald Trump. En una reciente entrevista que Bannon concedió a Brian Winter, editor de Americas Quarterly, Bannon presentó un argumento que une el tema de Panamá con el discurso expansionista de Trump hacia Canadá y Groenlandia.
El gran juego de la geoestrategia
La visión de Bannon es la de un mundo destinado al conflicto entre las grandes potencias en el siglo XXI. En esta lectura de la realidad, Estados Unidos debe enfocarse esencialmente en el hemisferio occidental, y dejar a Europa que se enfrente al expansionismo ruso.
Refiriéndose a Trump, Bannon afirma que: “...él va a mirar a la defensa hemisférica de forma similar a una Doctrina Monroe 2.0 y eso se va a dar con la recuperación del Canal de Panamá para asegurar que la marina [de guerra] china y la marina rusa no puedan engancharse desde el Caribe hasta Groenlandia.”.
Más adelante Bannon explica que el Ártico está destinado a transformarse en una nueva frontera de recursos y conflictos: “Si se controla el espacio del mar entre Groenlandia e Islandia, lo que Estados Unidos va a hacer… y se controla el Canal de Panamá, esencialmente se habrá sellado herméticamente a los Estados Unidos contra ataques de usted sabe quién, y de los soviéticos o rusos…”
Desde el punto de vista militar, el argumento esencial es blindar a Estados Unidos desde el Ártico, el Pacífico, el Atlántico Norte y el Caribe. Detrás de esta visión: “...hay una lógica convincente geoestratégica y geoeconómica, cuando se mira a la combinación de mercados [hemisféricos]. Esto es lo que creo que el presidente Trump está diciendo realmente…”
La decodificación
El propio Brian Winter explica el alcance del pensamiento de Bannon en Estados Unidos “Steve Bannon permanece influyente en el mundo MAGA, considero que es valioso escucharlo para entender cómo piensa cierta gente en la Casa Blanca”.
El politólogo Richard Morales califica a Steve Bannon de la siguiente forma: “...es una expresión ideológica de la decadencia del imperialismo estadounidense, que incluye a Europa, en cuanto potencias hegemónicas con economías de mayor avance, que ahora enfrentan competencia de China y otros países en ascenso del sur global. Les genera temor tener que tratar con el resto del mundo como iguales”.
A su vez, Miriam Pensack, doctora en Historia Diplomática, que labora en la Universidad de Princeton, caracteriza la importancia de Bannon en estos términos “...el pensamiento de Bannon captura bastante bien la geoestrategia de la segunda administración Trump. Los dos creen que la mejor manera de fortalecer la hegemonía norteamericana es a través de vías militares, con Washington estableciendo control extraterritorial en sitios marítimos claves en el Caribe y el Ártico”.
Las presiones contra Panamá
Morales considera que las amenazas contra Panamá deben ser tomadas en serio, ya que provienen del “temor y chovinismo” de Estados Unidos. A pesar del tono agresivo de la política exterior de ese país, existen fuerzas en esa sociedad que van en sentido contrario: “...no debemos subestimar la vitalidad del movimiento antiguerra estadounidense y de solidaridad internacional con los pueblos”. Pensack dimensiona los esfuerzos de Trump en otro sentido: “Creo que Trump sabe que su declaración de que China controla el Canal es falsa, y sirve como un pretexto de crear oportunidades para intereses privados estadounidenses en la región y especialmente alrededor del Canal. Eso es lo que hemos visto con la transferencia de la concesión portuaria de Hutchinson Ports a Blackrock“.
Sobre la efectividad que ha tenido el abordaje del gobierno panameño para enfrentar esta controversia con la administración del presidente Trump, el periodista Winter ante los resultados visibles de estos esfuerzos sugiere “la posibilidad de la continuación de la escalada y que los pasos adoptados por el gobierno de Mulino para disminuir la presencia china alrededor del Canal no han sido suficientes para satisfacer completamente a la Casa Blanca. Es una situación difícil para Panamá.”.
El pasado como prólogo
La historiadora Pensack recuerda que Panamá tiene la experiencia del esfuerzo para recuperar el Canal de Panamá: “Es sumamente importante que Panamá busque el apoyo de la comunidad internacional, así como hizo Omar Torrijos durante los setenta. Desafortunadamente, le toca a Panamá luchar nuevamente por su soberanía, y eso necesitará la solidaridad multilateral para resistir cualquier forma de agresión unilateral de los Estados Unidos”.
Por su lado, el politólogo Morales concluye que frente a la amenaza actual, la hoja de ruta del país está clara: “Panamá debe tener una política exterior de apertura y amistad con las naciones del sur global, buscando una mayor integración con Latinoamérica a su vez. Esto, junto a diversificar sus relaciones económicas, le permitirá tener mayor libertad y margen de maniobra a la hora de enfrentar presiones exteriores que impidan a Panamá promover sus propios intereses. Y crucial, debe tomar control nacional sobre los activos estratégicos de la nación, no cediéndolos a capitales extranjeros. El control económico de las palancas de la economía es vital para poder tener una política exterior independiente”.
En un planteamiento de realismo, el periodista Winter reitera el gran enigma detrás de toda la controversia: “Todos están tratando de entender exactamente lo que la administración Trump quiere de Panamá, y si verdaderamente está dispuesto a dedicar recursos y capital político para una expansión estadounidense del siglo XXI. A diferencia de otras partes de su agenda, como los aranceles o las deportaciones masivas, el presidente Trump no mencionó el expansionismo como parte de su campaña del 2024, y muchos cuestionan si estas metas cuentan con el apoyo del pueblo estadounidense“.