Las mil palabras que necesitamos

Se está compartiendo en redes una foto en la que se puede ver en primer plano el Canal de Panamá ampliado y, a la derecha de este, el “antiguo” Canal, acompañada con la vieja frase-trampa de que “una imagen vale más que mil palabras”. Y digo trampa como digo excusa, porque no hay foto que valga en medio de este conflicto.

Pasa igual con la foto de los inmigrantes que desde un hotel panameño piden ayuda. La imagen, dramática, pide más de mil palabras que la expliquen, palabras que no tiene ni el presidente de la República, en sus ya famosos rofeos de los jueves a los medios, silenciosos también para lo importante, además de ser llamados mamarrachos por cómo se visten para asistir a las ruedas de prensa.

Parapetarnos detrás de las imágenes demuestra nuestra incapacidad de defensa. Hay quien quiere hacerle llegar a los estadounidenses las patrióticas imágenes del canal ampliado, una obra realizada con gran profesionalidad por panameños, como si eso fuera suficiente para hacernos entender, mientras que una y otra vez, Trump y su pandilla son enfáticos con más de mil palabras: “recuperaremos el Canal de Panamá”.

Necesitamos con urgencia las mil palabras, necesitamos que alguien explique nuestra circunstancia, que nos haga visibles, que cuente nuestra parte del relato. Tenemos medios de comunicación que no comunican, mientras los de fuera siguen contando una historia que Estados Unidos, manipulándola, ajusta a su necesidad de hacer creer a la opinión internacional que hace bien en intervenir porque no somos de fiar.

Toca jugar un papel importante en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: ¿qué diremos? ¿O buscaremos imágenes para “mostrar” lo que pensamos? Ante el abandono total del discurso y del relato, nos vemos abocados a una peligrosa mala interpretación de quiénes somos como nación, pero todos callados, tranquilos, ya tenemos quién nos rofee aquí dentro, el mismo que dice “¡yes, Sr!" a los pretendidos dueños del Canal.

El autor es escritor.


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