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Mulino, minería y los números que no mienten

Mulino, minería y los números que no mienten
Trabajadores de la minera. LP/Alexander Arosemena

Recientemente leí con una columna de opinión escrita por Juan Jované, en la que intenta presentar como “falsa narrativa” los argumentos sobre la importancia de la minería para la economía panameña. Sin embargo, más que un análisis riguroso, lo que encontramos es una mezcla de conceptos económicos, manipulación de cifras y un sesgo ideológico evidente. La intención del presente artículo es aclarar estos puntos, respaldados por datos replicados por prestigiosas organizaciones internacionales. Para ello, con un enfoque didáctico, responderé punto por punto con información verificable y fuentes reconocidas.

¿'Solo Indesa’ dice lo del 5% del PIB?

No. También lo mencionan el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos de reconocido prestigio.

El FMI, en su Consulta del Artículo IV de 2025, señala que el cierre de Cobre Panamá redujo el crecimiento económico del país, ya que la mina representaba —directa e indirectamente— alrededor del 5% del PIB y el 2% del empleo (FMI, 2025). Estas cifras coinciden con estimaciones previas de Indesa, que calculó en 2021 un aporte de 4.8% del PIB y cerca de 40,800 empleos (La Estrella, 2023).

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) estima que la pérdida de empleos formales no agrícolas entre agosto de 2023 y octubre de 2024 —tras el cierre de la mina— fue de 54,307 puestos, una cifra que continúa en ascenso.

Reuters, Associated Press (AP) y el Center for Strategic and International Studies (CSIS), un prestigioso centro especializado en seguridad, geopolítica y economía internacional, coinciden en la misma magnitud: alrededor del 5% del PIB. Esto demuestra que no se trata de una cifra inventada por una consultora, sino de un consenso internacional. Sin embargo, el autor parece ignorar convenientemente estos datos.

PIB, valor agregado y multiplicadores: tres conceptos confundidos

El Producto Interno Bruto (PIB) mide el valor de los bienes y servicios finales producidos en un país durante un periodo determinado. En el enfoque de producción, representa la suma del valor agregado: output menos insumos intermedios (Banco Mundial, 2024).

Confundir el PIB con las utilidades empresariales o con un análisis costo-beneficio es un error básico. Cuando se dice que la mina aportaba un 5% del PIB, se habla de valor agregado nacional, no de marketing ni de ganancias privadas. Por eso, tras el cierre, el FMI observa una clara desaceleración económica. Estos efectos son macroeconómicos, no retóricos.

La narrativa ambiental: hechos que no se mencionan

Jované alude a supuestos impactos ambientales sin considerar el marco regulatorio nacional. La mina operó con un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) aprobado mediante la Resolución DIEORA-IA-1210-2011, que incluía 271 compromisos ambientales auditados periódicamente (MiAmbiente, 2011).

Entre las medidas concretas destacan los pasos de fauna aéreos y subterráneos en la vía mina-puerto y un sistema de gestión ambiental alineado con la norma internacional ISO 14001, auditado interna y externamente (First Quantum Minerals, 2024; MiAmbiente, 2022).

Estos elementos no borran las controversias, pero omitirlos solo puede interpretarse como un intento de manipular la narrativa.

El golpe económico tras el cierre

Más allá de la teoría económica, el pueblo panameño ha sentido en carne propia el impacto del cierre de la mina. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) reportó una desaceleración del crecimiento, que pasó de 7.3% en 2023 a apenas 2.9% en 2024 (MEF, 2024). El FMI confirma este efecto en su análisis país.

La reducción del empleo, el aumento de la informalidad y la caída de los ingresos fiscales son consecuencias palpables que cualquier ciudadano reconoce, aunque no domine metodologías econométricas. Esto refuta la idea de que el debate sobre la minería es mera “narrativa”: los efectos se sienten en la mesa de cada hogar panameño, independientemente de que sea minero o no, o de su postura frente a la minería.

Sobre ciencia y sesgo

Una columna de opinión puede apoyarse en ciencia, pero no descartar selectivamente las fuentes cuando no convienen. Ignorar lo que dicen el FMI, el Banco Mundial y los propios organismos nacionales para sostener una tesis ideológica no es análisis: es manipulación intelectual.

Negar el peso macroeconómico de Cobre Panamá no es ciencia, es narrativa. Mientras algunos juegan con cifras, las familias panameñas sienten en su bolsillo la diferencia.

Se puede, y se debe, discutir el modelo minero, su gobernanza y su balance ambiental; pero pretender negar el peso de un sector que aportaba el 5% del PIB y más de 40,000 empleos directos e indirectos, respaldado por organismos multilaterales, es simplemente tergiversar la realidad.

La economía panameña merece argumentos sólidos, no espejismos ideológicos.

El autor es antropólogo y arqueólogo de Cobre Panamá.


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