En un ambiente donde existe más preocupación por encontrar “culpables” que soluciones a problemas que no entendemos, sí sabemos quiénes son las víctimas: los jóvenes humildes.
Para poder tener una pensión digna, es preciso tener buenos empleos. ¿Cómo lograr eso en una economía donde tanto el empleo formal como los mayores aumentos salariales se generan en el sector público, financiados con préstamos, y donde los jóvenes ya no son parte de la expansión del empleo?
Los empleos formales y los mayores aumentos salariales los genera el Gobierno
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), entre 2004 y 2012, 4 de cada 5 nuevos empleos fueron asalariados del sector privado (cotizantes de la CSS); uno de ellos era un joven entre 15 y 29 años.
Pero entre agosto de 2012 y octubre de 2024 (12 años), se perdieron 24,174 empleos formales del sector privado, al tiempo que se agregaron 63,044 funcionarios y 264,153 trabajadores informales a la economía. Es decir, cada trabajador asalariado que perdió su empleo en ese lapso fue reemplazado en la economía por tres funcionarios y diez informales. Se crearon 14,650 empleos para jóvenes, todos informales.
Sobre la base de las cifras del Cuadro 14 del Informe Laboral del INEC (Población de 15 y más años de edad ocupada en la república, por categoría en la ocupación), octubre de 2024 vs. agosto de 2012, el 93% de la expansión de la planilla estatal se originó en Enseñanza (30%), Salud (22%), Administración Pública (22%) y Transporte (18%).
Según el Cuadro 25 del Informe Laboral del INEC (Mediana de salario mensual, empleados de 15 y más años de edad en la república y distribución porcentual por salario devengado, según provincia, comarca indígena, sexo y categoría en la actividad económica), de octubre de 2024 versus agosto de 2012, el aumento porcentual de salarios en el sector público fue: Educación 96%, Salud 65% y Administración Pública 55%, frente a un aumento promedio del 43% en la economía.
El 60% de los empleos que hoy tienen los jóvenes son informales (INEC, octubre de 2024), y aquellos que obtienen empleos formales ganan $698.14 mensuales, $35.87 menos que el salario promedio en la economía ($734.01).Estas cifras, perfectamente verificables, hacen matemáticamente imposible que los cuestionamientos a la Ley 462 de la Caja del Seguro Social (CSS), y razón fundamental de las protestas, tengan algo que ver con las pensiones del sector no gubernamental, el cual no genera empleo formal de manera sostenible desde 2012. Desde hace 12 años, el empleo formal lo genera el Gobierno y lo financia con préstamos.
Los jóvenes son los más afectados por la reducción de la inversión privada
La repentina interrupción de $900 millones de compras anuales de la operación minera a 24 sectores de la economía, la disminución de $2,165 millones en financiamientos bancarios al sector productivo (producto del aumento de las tasas de interés debido a la pérdida del grado de inversión) y la pérdida de $1,600 millones de flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) entre 2019 y 2024, representaron la desaparición de $4,600 millones de dinero privado de la economía, al tiempo que la deuda externa aumentó en $27 mil millones en ese mismo período.
Estos eventos ocasionaron la peor catástrofe laboral después de la pandemia. Entre agosto de 2023 y octubre de 2024 se perdieron 54,107 empleos formales no agrícolas, incluyendo 6,636 empleos en el sector financiero y de seguros, con un salario mensual promedio de $1,156.30, $422 por encima de la media salarial en la economía, producto del aumento de las tasas de interés. De hecho, en esos 14 meses, la ciudad de Panamá perdió el 27% de sus trabajadores formales del sector financiero y de seguros, a lo que se agregan 4,393 empleos perdidos en el sector inmobiliario (siete veces más que los perdidos en 2020) y 3,942 empleos en Actividades de Apoyo Administrativo, que incluye alquileres de maquinaria, vehículos y equipos, 60% más que los empleos perdidos durante la pandemia.
El desempleo juvenil (15 a 29 años) pasó de 15.4% (agosto de 2023) a 17.8% (octubre de 2024). Para los hombres jóvenes, subió de 12.6% a 13.7%, mientras que para las mujeres aumentó de 19.6% a 23.4%.
Hoy, los jóvenes representan la cuarta parte de los trabajadores y la mitad de los desempleados del país, mientras que el 18% de los varones y el 33% de las mujeres jóvenes son “ninis”.
Urge transmitir confianza de que invertir en Panamá es buen negocio. El peor enemigo de la inversión privada y del empleo es la incertidumbre.