Panamá enfrenta un desafío existencial ante la amenaza de reducir su condición de Estado independiente a un protectorado estadounidense, en medio de las tensiones geopolíticas y de seguridad en Asia y Europa, la batalla comercial de un escenario de incertidumbre en el panorama internacional.
Las recurrentes menciones del presidente estadounidense y su secretario de Estado con el mensaje antichino y las permanentes visitas de altos funcionarios tienen propósitos disuasivos e intimidatorios en nuestras relaciones internacionales.
La posición del Gobierno de Panamá podría calificarse de excesiva prudencia y falta de firmeza, condescendiente con las peticiones estadounidense, cediendo espacios a la imposición de la agenda antichina con la amenaza de retomar el Canal.
Renunciar a la denuncia internacional de la amenaza sin compañero de viaje podría dejar al país desguarnecido, en un estado de indefensión, sujeto a interpretaciones unilaterales del Tratado de Neutralidad, lesivas a la dignidad nacional.
Resulta impostergable recuperar el sentimiento de pertenencia y orgullo nacional para superar la humillación. No es una opción volver a la continuidad de un pasado ignominioso de un pueblo que se niega someterse a la subyugación imperial.
La agenda impositiva implica una base en Metetí, el acuerdo de recepción de deportados, la salida de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la sustitución de la operaria hongkonesa Hutchinson Wampoa por la BlackRock, la liberación de pagos de peajes a la Armada estadounidense y la retoma del Canal con una agencia binacional vulneraría el Tratado de Neutralidad reduciendo la condición del país a un ostensible protectorado estadounidense.
¿Qué hacer frente a la retórica expansionista sobre el Canal de Panamá?
1. ¿Qué La institucionalidad del país reclama que el Órgano Ejecutivo con la Cancillería panameña asuman excluyentemente la conducción de las relaciones exteriores del país, conforme al artículo 179 de la Constitución, la ACP ni el Ministerio de Seguridad no deben co-administrar estas funciones indelegables.
2. ¿Qué sentido tiene ostentar un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y no recurrir a una estrategia defensiva? Es menester divulgar internacionalmente a una sola voz el Libro Blanco con verdades del país para rebatir argumentos expansionistas explicando diáfanamente que la República de Panamá acata y exige el pleno respeto de las normas internacionales consignadas en la Carta de Naciones Unidas y demás instrumentos internacionales, enfatizando en que la cooperación no es sinónimo de subordinación.
3. Panamá con fundamento en el principio de igualdad jurídica de los Estados y como nación soberana e independiente es dueña de su propio destino, y ninguna potencia extranjera puede condicionar las relaciones diplomáticas con los principales usuarios del Canal.
4. Es un imperativo forjar la unidad nacional con los sectores patrióticos para rechazar las pretensiones imperiales que menoscaban la soberanía y la integridad nacional.
5. La diplomacia vecinal tiene que reactivarse con los países fronterizos beneficiarios que tienen libre tránsito por virtud de tratados bilaterales en marco de la neutralidad del Canal.
6. Panamá debe conformar una estrategia con los países amenazados en su integridad territorial: Canadá, México y Dinamarca. Integrando delegaciones diplomáticas y parlamentarias a dichos países para fortalecer lazos solidarios conforme a su interés nacional.
7. Las relaciones con Estados Unidos y China deben ser buenas y ordenarse en términos pragmáticos. En ningún caso debe suponer la cesión en principios y valores y tampoco en intereses, fijando un marco permanente de cooperación respetuosa.
8. Es imperioso seguir fortaleciendo nuestra posición en el entorno regional promoviendo el afianzamiento de relaciones respetuosas con beneficios compartidos a mediano y largo plazo con los usuarios asiáticos.
9. Las relaciones con China fueron determinadas por los intereses comerciales más que políticos. China es una realidad política y económica. Es inconcebible que un centro de convergencia del tránsito marítimo internacional soslaye la dinámica del comercio mundial y las cadenas de valor.
10. Un proceso de maduración política y cultural de más de siglo y medio con una formalización de relaciones que respondieron a la imperiosa necesidad de sacar al país de espaldas a la historia. Solo hay una China y el Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legal que representa a toda China, un consenso internacional prevaleciente y una norma básica que rige las relaciones internacionales, un compromiso solemne.
El autor es abogado y diplomático.