NECEDAD. Thomas Heinemann siempre tuvo la razón; solo que Martinelli nunca quiso entenderlo. En al menos tres ocasiones, el consejero de la Oficina de Asuntos Extranjeros del Departamento de Estado estadounidense dejó constancia, por escrito, de que el principio de especialidad contemplado en el tratado de extradición no le era aplicable, ya que al expresidente se le permitía viajar fuera de Panamá desde el 15 de septiembre de 2019. Y todavía se niega a aceptarlo. Pareciera que la única carta que le queda es mentir en contra de lo obvio.
CHANTAJE. Parece que la Comisión de Presupuesto de la Asamblea es la instancia en la que, oficialmente, sus miembros preguntan abiertamente “¿qué hay pa’ mí?” y nadie se escandaliza. Ayer, el diputado Osman Gómez se enfadó con la administradora de la ATP, Gloria De León, porque la funcionaria le dijo que no tenía fondos para invertir en Barú. En represalia, el diputado votó en contra de las partidas solicitadas por De León para costear los seguros a los turistas y varias reparaciones en Atlapa. Si está tan interesado en atraer inversiones para su circuito, ¿por qué no renuncia y busca apoyo en el sector privado, en lugar de tener a todo el sector turístico del país como rehén de sus caprichos?
EMBELLECIMIENTO. Por cierto, la administradora de la ATP explicó que pintar Atlapa, limpiar sus alfombras y arreglar los pisos de los salones Las Islas y Las Totumas costará $472,000, como consecuencia de años de “desidia y dejadez”. Y eso que todavía falta reparar el techo del teatro Anayansi.
FUCHI. El comején no fue lo único que encontró el presidente Mulino cuando llegó a su despacho en julio pasado. Los baños del despacho superior también han requerido importantes trabajos de pintura, pulido del piso de mármol y reparación de grietas, a un costo de poco más de $8,000. Si lo asumimos como parte del legado de Laurentino Cortizo, resulta hasta comprensible.
OMNIPRESENTE. Aunque quede fuera de Isla Margarita, MSC ya tendrá presencia en tres puertos en la entrada del Canal de Panamá: PSA, en Rodman, y —si se concreta la compra de las terminales de CK Hutchison— Balboa y Cristóbal. Pero esa “influencia” no parece molestar a Estados Unidos, que no ha dicho nada al respecto.