DIFERENCIA. Parece que, después de todo, los esposos Ortega eran los verdaderos carceleros de Martinelli, ya que, ahora que salió de la embajada nica y viajó a Bogotá, vuela más libre que una paloma. Incluso Camacho sostiene que su amo no tiene impedimento para andar por el mundo “sin restricciones”, como lo hace el venezolano Edmundo González, asilado en España. ¿Por qué insisten en esa comparación? ¿Acaso Edmundo también lavó plata? Debemos habernos perdido de esa parte de la historia.
EMPLEADO. El embajador de Panamá en Colombia, Mario Boyd Galindo, ha generado más titulares ahora que cuando fue candidato a vicepresidente de la República en el año 2019, en la nómina encabezada por Marco Ameglio. Camacho dice que las atenciones de Boyd no son solo por su amistad con Martinelli, sino porque su función es asistir a los panameños que tienen “necesidades” en Colombia. Pero, ¿qué necesidad tan apremiante puede tener alguien que está todo el tiempo acompañado de un séquito de abogados y de personal a su servicio? Además, el asilado se la pasa diciendo que está “feliz y contento”, ya que ni siquiera tuvo que preocuparse por pagar la multa de $19.2 millones antes de embarcar. Casi le meten el dinero en una maleta y se lo cargan hasta el avión.
ATM. La Fiscalía 10ª Delegada de Colombia, que la semana pasada anunció que investiga a la canciller Laura Sarabia por enriquecimiento ilícito, seguramente no tarde en citar a declarar a la exembajadora en Panamá, Ángela Benedetti. Ayer, Benedetti afirmó que el asilo “le debió costar una platica importante a Martinelli”, y que Sarabia no es de las que trabaja “gratis”. Pronto no sabremos cuál es la diferencia entre Martinelli y un cajero automático. ¡Ah!, sí hay una y es esencial: el cajero suele despachar el dinero a un cuentahabiente por razones legítimas.
¿DESEQUILIBRADA? Zenia Vásquez, quien fue secretaria general de la Contraloría durante el mandato de Gerardo Solís, ha presentado una demanda ante la Sala Tercera de la Corte Suprema para que sea declarada “nula por ilegal” la resolución que ordenó su destitución del cargo. Vásquez formó parte de un periodo que representa todo lo que la Contraloría no debe ser. ¿Quién querría mantenerla dentro de esa entidad? Solo aquellos que necesiten que los encubran o que quieran destruir pruebas.
AL TINACO. Dana Castañeda ya no tiene excusa para no mandar a retirar todos los carteles de “#FreeMartinelli”, que ahora solo evocan la complicidad en un acto de fuga que ya se consumó. Impresentable.