IMPASSE. Aunque sostiene que el “método” empleado para crear el “fondo de compensación para el retiro” es “respetuoso” de la Constitución, la Corte decidió “suspender” su aplicación, pero solo para los magistrados del pleno. El resto lo seguirá recibiendo. Pero suspender no es eliminar. ¿Por qué no lo derogan de una vez y ya está? El país no merece esta zozobra.
SILENCIO. Parecía que nada hacía más feliz a la magistrada presidenta que restregarle al país todo lo que el pleno de la Corte había logrado en beneficio propio. Pese a que estuvieron maquinando las jubilaciones especiales desde hace más de un año, hasta anoche se resistía a dar alguna explicación y eso que oportunidades hubo: entre el lunes y el martes coincidió con los periodistas en el tributo a Justo Arosemena en la Asamblea, en la toma de posesión del Colegio Nacional de Abogados (CNA), en la feria del libro y en la apertura del congreso hemisférico sobre blanqueo, organizado por la Asociación Bancaria. El código que se impone es el del silencio.
PASADO. Pero la presidenta de la Corte Suprema no solo perdió el habla, sino también la memoria. El programa radial de Álvaro Alvarado retransmitió la entrevista que la Comisión de Estado por la Justicia le hizo a María Eugenia López Arias el 23 de noviembre de 2015, cuando era candidata a la Sala Penal. Aquel día, López resaltó que el presupuesto de la Corte era insuficiente y que, a veces, el dinero no alcanzaba para reparar los aires acondicionados o comprar hojas 8.5” x 14”, que son las que se utilizan para imprimir los fallos. Habrá olvidado todo eso tan pronto asumió el cargo, porque ahora se niega a hablar de los gastos del Órgano Judicial y se molesta cuando alguien le pregunta.
HOMENAJE. Las jubilaciones especiales de los jueces y magistrados han escandalizado a todo el país, menos al CNA. En medio del repudio generalizado, el gremio entregó unas “medallas honoríficas” a los magistrados María Eugenia López, María Cristina Chen, Maribel Cornejo y Olmedo Arrocha, durante la toma de posesión de la reelecta presidenta del CNA, Maritza Cedeño. Pareciera que, entre colegas, funcionan como una pandilla: respetan su jerarquía, imponen un código de silencio, cuidan su territorio, se jactan de sus hazañas y se unen para ir en contra de todo aquel que se oponga a sus intereses.
TRAICIÓN. A Jhonathan Vega le ha pasado lo mismo que a Tuto Palacios: tenía semanas afinando su candidatura para la presidencia de una comisión legislativa (en su caso, la de Asuntos Agropecuarios) y, en el último minuto, fue traicionado por Orlando Carrasquilla (de CD), a quien todo el mundo creía parte del cada vez más exiguo grupo “de los 37”. Como premio, Osman Gómez (que se comportó como el jefe de campaña de Carrasquilla) fue escogido como vicepresidente. Ni Judas lo habría podido hacer mejor.