A lo largo de la historia, se reconoce ampliamente que las mujeres han desempeñado un papel fundamental en el avance de la tecnología, aunque sus contribuciones han sido muchas veces invisibilizadas. Desde Ada Lovelace, considerada la primera programadora informática de la historia, hasta pioneras como Grace Hopper, quien desarrolló el primer compilador para lenguajes de programación, las mujeres han impulsado la innovación tecnológica a pesar de los obstáculos. Sin embargo, la brecha de género en el sector sigue siendo un desafío, lo que nos invita a reflexionar sobre la importancia del Mes de la Mujer.
Según la Unesco, aunque las mujeres representan la mayoría en la educación superior, su participación en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sigue siendo baja. En América Latina y el Caribe, menos del 35% de la matrícula en estas áreas corresponde a mujeres, y en carreras como ingeniería el porcentaje es aún menor.
Marzo es un mes de reflexión y acción en torno a la equidad de género. Durante el Mes de la Mujer, no solo conmemoramos los logros alcanzados, sino que también visibilizamos los desafíos pendientes en distintos sectores. En la industria de la tecnología, esta conversación se vuelve aún más relevante: a pesar de los avances, la brecha de género sigue siendo una realidad que debemos seguir combatiendo.
Trabajo en el sector tecnológico, un espacio que tradicionalmente ha sido dominado por hombres. A lo largo de mi carrera, he sido testigo de los esfuerzos por cerrar la brecha de género, pero también he experimentado de primera mano los obstáculos que muchas mujeres enfrentamos: sesgos inconscientes, falta de referentes femeninos y, en algunos casos, la necesidad de demostrar constantemente nuestra capacidad en un entorno donde aún predominan los estereotipos.
A pesar de estos desafíos, he tenido la oportunidad de formar parte de proyectos que han marcado la historia del sector tecnológico en Panamá. Participar en el lanzamiento del pago con tarjeta sin contacto en el sistema de transporte de la ciudad de Panamá y San Miguelito, asegurando la integridad de los datos recibidos, fue uno de mis primeros logros y momentos más memorables en SONDA. Asimismo, contribuir a la implementación y puesta en marcha del sistema de control de pasajeros y recaudo del primer metro de Panamá, el primero de su tipo en Centroamérica, representó un hito en la historia del país y un gran orgullo profesional. Estos hitos me han reafirmado que el talento y la capacidad no tienen género, y que las mujeres tenemos mucho que aportar a la tecnología y a la transformación digital de nuestras sociedades.
Las mujeres estamos dejando huella en la tecnología con innovaciones, liderazgo y una visión que enriquece la industria. Empresas de todo el mundo han comenzado a implementar iniciativas para fomentar la participación femenina en STEM, desde programas de mentoría hasta políticas de equidad salarial. Estas acciones son fundamentales, pero deben ir acompañadas de un cambio cultural profundo que promueva ambientes laborales más inclusivos y equitativos.
En este Mes de la Mujer, el llamado es claro: sigamos abriendo puertas para que más mujeres puedan acceder, crecer y liderar en tecnología. La diversidad no solo es un imperativo moral, sino también un motor de innovación. Cuando las mujeres participamos en igualdad de condiciones, la tecnología se convierte en una herramienta de transformación que beneficia a toda la sociedad.
La autora es gerente de Delivery para SONDA Panamá.