Al menos 5 millones de dólares habrían sido mal utilizados por organizaciones sindicales panameñas, según auditorías preliminares del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel).
La cifra corresponde a un análisis de los últimos años sobre el manejo del Fondo de Capacitación Gremial, reveló la ministra Jackeline Muñoz, quien afirmó que parte de los hallazgos ya están siendo investigados por el Ministerio Público.
“Cinco millones. El último alcance que revisó el auditor de los últimos años era de cinco millones”, declaró Muñoz, al señalar que los fondos debían destinarse a actividades de formación laboral, pero fueron desviados a pagos improcedentes, como servicios básicos o alquileres. “Era para capacitar, no para pagar la luz”, recalcó.
La ministra explicó que actualmente el Mitradel cuenta con un equipo de 12 auditores que ha estado revisando “cajas y cuartos de documentación” vinculados a las organizaciones sindicales beneficiarias del fondo.
El proceso ha generado fricciones: “Varios sindicatos me han puesto denuncias penales porque no se está desembolsando el fondo”, reveló.
Sin embargo, la titular del Mitradel justificó la suspensión de los pagos por la magnitud de las irregularidades encontradas. Aclaró que el ministerio no actúa de oficio, pero que los hallazgos fueron trasladados a la Fiscalía, la cual ya abrió investigaciones penales. “Las irregularidades eran demasiado evidentes”, dijo Muñoz.
El monopolio
En total, Panamá tiene 544 sindicatos registrados, pero unas 17 federaciones ejercen prácticamente el control del fondo de capacitación, a pesar de que representan a menos del 10% de las organizaciones sindicales.
Esta concentración, según Muñoz, también plantea interrogantes sobre la transparencia y la equidad en el uso de los recursos.
Mientras se desarrollan las investigaciones, el Mitradel ha suspendido el desembolso del fondo. La medida es temporal, pero no tiene fecha definida de reversión. “Dejaron que hicieran lo que les diera la gana”, lamentó la ministra, al referirse al manejo histórico de estos fondos.
Para evitar nuevos abusos, el ministerio implementará un sistema de control previo.
Cada programa de formación deberá contar con un plan académico aprobado por el Mitradel, y cada capacitación será supervisada por un funcionario. “Esto no puede seguir siendo una caja chica de nadie”, sentenció.
Estas auditorías y los procesos en curso podrían cambiar las reglas del juego para las organizaciones sindicales en Panamá. Lo que comenzó como una revisión administrativa terminó en una sacudida institucional que promete mayor fiscalización y, eventualmente, consecuencias penales.
Otros detalles
Cada año, entre 12 y 14 millones de dólares provenientes del Seguro Educativo son canalizados a través del Mitradel para financiar programas de educación y capacitación sindical. No obstante, el uso de estos fondos ha encendido las alarmas: primero fue el propio Mitradel quien inició una auditoría, y posteriormente la Contraloría General de la República también anunció una revisión para evaluar su correcta administración.
La Contraloría anunció la realización de una auditoría para evaluar la correcta administración de los fondos, específicamente aquellos destinados a la capacitación sindical, en el período comprendido entre enero de 2012 y el 30 de junio de 2024.
Si se toma en cuenta que, en ese período de 12 años, se han entregado entre 12 y 14 millones de dólares anuales para capacitación sindical, la Contraloría deberá auditar el uso de entre 144 millones y 168 millones de dólares.

Algunas de las organizaciones que reciben estos fondos son la Central General de Trabajadores de Panamá, la cual forma parte del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato), donde convergen seis centrales sindicales y tres federaciones.
Por otro lado, el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (Suntracs) es parte de la Confederación de Unidad Sindical Independiente (Conusi), lo que implica que los fondos destinados a su capacitación y funcionamiento deben ser gestionados a través de esta última organización.