El lunes 26 de julio de 2004, el entonces magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Pereira Burgos, se acercó a la casa matriz del Banco Nacional de Panamá (BNP). Llevaba en uno de sus bolsillos un cheque que él mismo había confeccionado y firmado, por 25 mil dólares.
Se trataba de un cheque hecho a nombre del BNP. Sus fondos provenían de la cuenta corriente 03-05-01-002163-1 del Banco General, que pertenece a la sociedad Trivalue Inc.
Trivalue Inc. es una sociedad inscrita en el Registro Público en enero de 1988. Tiene a César Pereira Burgos como presidente; a Delio de León Mela como tesorero, y a Juan Pablo Pereira como secretario. El objetivo de esta sociedad es, básicamente, el comercio. El artículo 212 de la Constitución señala expresamente que todo cargo en el Órgano Judicial es “incompatible” con el ejercicio del comercio. No obstante el magistrado aparecería en ella como dignatario.
Pereira Burgos, al llegar al BNP extrajo su cheque y con él pidió comprar otro cheque, pero de gerencia, del BNP por la misma suma, es decir, por 25 mil dólares.
El trámite tomaría 24 horas. Al día siguiente –el martes 27 de julio de 2004– Pereira Burgos estaba puntualmente de regreso. Le fue entregado el cheque de gerencia No. 2485830– (vea facsímil) por el monto solicitado. El documento fue hecho a nombre del propio magistrado.
Acto seguido, Pereira Burgos se dirigió a uno de los cajeros de la misma sucursal e hizo efectivo el cheque, previa declaración de la operación por tratarse de un monto superior a los 10 mil dólares.
Hasta aquí, esta operación plantea dos preguntas. La primera de ellas es: ¿por qué el magistrado compra el cheque de gerencia en el BNP y no en Banco General, que es en donde el funcionario tenía abierta una cuenta corriente a nombre de su propia compañía?
La segunda es ¿por qué el magistrado compra un cheque de gerencia cuyo beneficiario es él mismo? Si el propósito era obtener efectivo, pudo haberlo extraído de su propia cuenta corriente o, siguiendo su procedimiento, pudo haber comprado el cheque de gerencia a su propio nombre, en su banco y cambiarlo allí mismo.
El ‘rebote’