Al Grano: Un problema de testosterona



Al Grano: Un problema de testosterona

En este país hay un problema importante de testosterona entre los hombres. Pareciera que las tres magistradas de la Sala Penal de la Corte que decidieron no admitir la casación de Martinelli en el caso New Bussiness ratificando su condena tienen más valentía que el fiscal general electoral y que los tres hombres que dirigen el Tribunal Electoral y cuya función simplemente es acatar una orden judicial. Pero no. Tibios como para variar, los magistrados y el fiscal electoral han decidido esperar a que metan preso a Martinelli para luego declararlo inhabilitado ante el país. Son abogados todos, pero parecen no entender que ese señor ya no está inhabilitado.

Está inhabilitadísimo, porque la Constitución -en su artículo 180- dice claramente que nadie que haya sido condenado a más de cinco años de pena de prisión por delito doloso puede ser presidente de la República. Y ese señor fue condenado en todas las instancias por lavado de dinero a 10 años y ocho meses. Entonces, inhabilitado o no, no puede correr. Su pena principal, por ser de más de cinco años de prisión, le impide ser siquiera candidato.

No puede ser elegido porque no cumple con los requisitos de la Constitución. Entonces, si eso es así, tampoco puede correr ni aparecer en la papeleta, ¿porque para qué corre? ¿Para ser reina de carnaval? ¿Presidente de la directiva de su edificio? No. Para ser elegido presidente del país. ¿Y qué pesa más? ¿La Constitución o el Código Electoral?

Ahora Camacho y los abogados de Martinelli alegan que esto sigue. Que el proceso no ha terminado. Para ellos básicamente el viernes no pasó nada. Están minimizando el fallo, como hacen siempre que algo no les conviene. Ahora quieren presentar una aclaración. Haciéndonos pensar a todos que eso detiene el proceso. Y eso es como si te botan del trabajo y tú le preguntas a tu jefe que por qué te botó. Digo, él puede explicarte porqué te boto, pero botado ya estás. Igual acá.

En la aclaración pueden aclararle sus dudas, pero la decisión es la decisión y lo que él haga no va a variar el fondo de la decisión. Simplemente gana tiempo. Pero eso es lo que él busca, precisamente. Seguir haciendo campaña y ganando tiempo confundiendo a la gente para que el Tribunal Electoral lo mantenga en la papeleta cuando ya no puede ser candidato.

Y en eso, el Tribunal Electoral le está haciendo el juego con su parsimonia y su cobardía. Fuera de la incertidumbre que alimentan en la población y en el proceso mismo. Este proceso, prohibido olvidar, ha quedado tan encima de las elecciones por culpa del propio Tribunal Electoral, que en enero de 2022 le dio fuero penal electoral a Martinelli en alguno de sus inventos dilatorios usando su partido RM como excusa, justo cuando la jueza Baloisa Marquínez quiso llamarlo para enjuiciarlo. Y eso atrasó el proceso nueve meses.

Lo mismo aplica para el Pacto de Estado por la Justicia, que citó a Martinelli el lunes, después de conocerse la decisión de la Corte, para que explicara su visión sobre los cambios que se deben hacer en la administración de justicia. ¿Cómo reciben a ese señor en calidad de candidato, cuando ya la Corte dijo que no lo puede ser? Eso es casi que darle la espalda a la Corte. Esa es la institución que debe velar por la justicia y que en teoría quiere arreglarla: ¿cómo se justifica haberlo recibido? Y ni vengan con que hay que respetar el debido proceso. Esto es directamente una violación a la Constitución. O sea, cuando quieren entender son bien rápidos. Cuando no, mil interpretaciones sacan.

Entonces, nuevamente. Los magistrados del Tribunal Electoral están como confundidos. O queriendo confundirnos. Esto no es una inhabilitación, como ha ocurrido con otros fallos y están queriendo hacer ver los abogados de Martinelli en redes cuando lo comparan con el caso de Ana Matilde Gómez y Mayín Correa. Esto es que no cumple con los requisitos de la Constitución. Así de básico. La inhabilitación de hecho es accesoria porque si no cumple con los requerimientos de la Constitución no hay más nada que hablar. La Constitución está por encima de cualquier código, ley o reglamento y los funcionarios están llamados a cumplirla.

Hubo un fallo y eso cambia las condiciones de la contienda. Acaten y ya. Saquen la testosterona y demuestren de qué están hechos. ¿O están hechos de lo mismo que Nito Cortizo? Y si les falta, pídanles estrógeno a las tres magistradas de la Corte.


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